domingo, 9 de octubre de 2011

Capitulo 25

Llegamos a casa de Aroa y Ricky nos abrió con una enorme sonrisa en la cara.

-Esto, Ricky, te presento a Nico.
-Hola tío-dijo mientras se chocaban las manos.-Pasad, Aroa os está esperando dentro.
Nico estaba muy nervioso, pero se le quitaron los nervios en cuanto le cogí la mano.
-Aroa, este es Nico.
Aroa optó por darle un entusiasta abrazo mientras decía con voz muy rápida "Oh Nico! ¡Eres tu! Cris nos ha hablado muchísimo de ti, cuanto me alegro haberte conocido por fin"
-Ah, si- respondió Nico un poco cortado.
-Un momento, tu cara me suena un montón.¿No estuviste con nosotras en clase en primaria?
-Es posible, en primaria cambie mucho de colegio. Espera, ¿íbais al Colegio Juan de la Cierva?
-Si, claro, fuimos todas juntas a ese colegio.
-Pues estuve con vosotras en tercero de primaria y luego me mude a Barcelona. Mi padre era militar y cada año le destinaban a un sitio. Cuando murió volvimos aquí y llevo todo la E.S.O en el Instituto Cristobal Colón.

Se me encogió el corazón. No me había contado lo de su padre. Cuando Aroa se fue, le abrazé.

-No me lo habías dicho.
-Lo siento, no es algo que me guste mencionar así como así, y no me había surgido la oportunidad.
-No te disculpes, pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites.

Nico me volvió a besar. Le presenté a todos mis amigos. Encajaba a la perfección, todos sentían como si le conocieran de toda la vida. Bueno, todos no, Ricky no le tragaba. Le pasa a menudo, le suele costar acostumbrarse a la gente nueva.
Bailamos toda la noche, y luego me llevó a casa. Antes de dejarme me susurró al oído.

-Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos.

Arrancó la moto y se marchó.

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