Desde el Principio


Capitulo 1

Mario siempre me pareció ese tipo de chico del que todas se enamoran. Le observaba desde lejos sabiendo que por mucho que yo le mire, nunca se va a dar cuenta de que existo.
Su sonrisa era como una explosión de alegría , una hilera de perfectos y blancos dientes alineados al milímetro. Sus ojos, marrones y profundos, tenían un resplandor único. Su pelo marrón, perfectamente despeinado, se movía con el viento.
Era él. Era absolutamente perfecto. Por alguna razón era el chico más deseado del instituto. Por algo no sabía de mi existencia.

Llegué a casa y encendí el ordenador. Mamá se había ido, así que podría quedarme hasta la hora que me apeteciese. Abrí el tuenti. 75 usuarios conectados. No me apetece hablar con ninguno de ellos. Ni siquiera se por qué les tengo agregados. ¿Les borro? Que pereza. Mejor me meto al facebook. Estaba repasando las novedades cuando me saltó el aviso del chat.

Derick: Hey Sexy :)·

Derick era un chico ingles que había conocido este verano. Su madre y mi abuela eran viejas amigas. En el verano había pasado 2 semanas en mi ciudad, y la verdad, nos habíamos hecho bastante amigos. Derick había venido con su novia, por lo que no intenté nada con él, pero cada vez que se alejaba, sentía ese cosquilleo de nostalgia que solo se siente cuando echas de menos a alguien. Pero no podía hacerle a la pobre Ginger lo que a mi me había hecho Pablo. No ahora que se lo mucho que se sufre.

Me: You can't inmagine how i miss you.·

Continuó la conversación, hablé con él durante 20 minutos, poniéndonos al día de nuestras vidas, cuando me dijo.

Derick: Guess what made me feel unhappy...·
Me: Tell me!·
Derick: I didn't get a kiss.I wanted a kiss from you.·
Me: But you have a girlfriend!·
Derick: Not any more!·

¿P·O·R·Q·U·É· ·A· ·M·I? El corazón me dio un vuelco. Los chicos que viven cerca de mi me ignoran y me consideran caca de la vaca paca, y los que viven a 1500 kilómetros me quieren.
El mundo está loco.

Capitulo 2

"Fácil, solo hay una manera, la que te deje cerca de la primavera."
Me desperté aquella mañana a ritmo de Maldita Nerea. Siempre escucho la radio por la mañana, para así despertar con algo nuevo cada día.
BEEP BEEP
Mensaje nuevo.
Cogí el móvil con rapidez deseando que no fuese un mensaje de publi de esos que te hacen ilusiones de que alguien se acuerda de ti y luego decepcionan. Peor. Mensaje de Pablo.
Se que no quieres saber nada de mi, pero a pesar de todo Feliz San Valentín.
Borrar. Apreté el botón sin dudarlo ni un instante. Pablo me había hecho más daño que todos los demás chicos con los que había estado juntos. Y lo peor es que todavía había algo que me impedía mandarle a la mierda. No tenía el valor suficiente ni para mirarle a la cara.
Pablo y yo empezamos a salir en primavera. Los dos primeros meses fueron absolutamente PERFECTOS. Luego, todo empezó a salir mal. Al llegar el verano me fui a un campamento de música, y cuando volví, Pablo tenía un chupetón en el cuello. Le pedí explicaciones muy cabreada y me dijo que le habían dado un codazo jugando al baloncesto. Parecía indignado porque había dudado de él. Me sentí fatal y le pedí perdón, pero cuando volví a casa descubrí la verdad. Entré en el tuenti, y en novedades salía "Pablo Gomez Carrillo +1 Foto nueva". La abrí para verla y allí estaba, él morreándose con otra tía. En ese momento quise morir. Me escondí debajo de mi escritorio, el sitio en el que me escondía desde pequeña cuando estaba triste ycomenzé a llorar. Se pasó el verano intentando que le perdonase, pero tuve que ser fuerte , como decía el refrán "Si me engañas una vez será culpa tuya, si me engañas dos será culpa mía." No podía confiar en Pablo más.
Y aquí estoy, 6 meses después, dispuesta a olvidar al capullo que me rompió el corazón. Me vestí y me dispuse a salir para ir al instituto. Me puse mi camiseta favorita, la negra con el rótuloLive the live you LOVELOVE the live you live y mis converses rojas. Menos mal que Pablo no iba a mi instituto. No habría soportado verle el día de los enamorados. No quería sorpresas este año. Solo quería que el amor me dejase en paz por una vez.
Pues lo llevaba claro.

Capitulo 3



Salí de casa y cogí el bus. me encontré con Alex, como de costumbre, y charlamos animadamente de camino al insti.
Alex era un chico muy simpático, tenía un año menos que yo y era rubio y con los ojos azules. Le empecé a conocer el año pasado, cuando llegó al pueblo. La verdad es que no era feo para nada, pero no me apetecía nada fijarme en nadie ahora.
-Por cierto, Feliz San Valentin.
Me sonroje y le sonreí. Es cierto, yo no quería amor, pero mi corazón si. Solo que Alex no era el más indicado.
Entré en clase, y me fui directa a charlar con mis amigas.
Helena, NereaAroa y Cris. Las cuatro eramos inseparables.
Helena era la típica chica alta, mona, que llevaba con su novio desde que había empezado la ESO. Era feliz a su lado, aunque tenían sus mas y sus menos. Ella siempre conseguía sacar tiempo para quedar con Samuel sin dejarnos tiradas (casi nunca)
Nerea no era nada especial físicamente, ni gorda ni delgada, con el pelo castaño y ondulado. Una chica normal. Pero era su carácter lo que la hacía especial. Tenía algo, algo que hacía que nadie se olvidase de ella.
Aroa era otra historia. Alta, rubia, ojos azules, cuerpo espectacular... es decir, todo un imán para los chicos. Siempre tenía novio, pero casi nunca duraba más de 2 semanas con el mismo. A veces era un poco inaguantable, pero era mi amiga, y la quería de todos modos.
Cris, en fin, Cris soy yo. No soy lo que se dice una modelo, pero tengo un encanto especial. O eso dicen.
Sonó el timbre. Llegó el señor Manzano, el profe de física, dispuesto a dar una aburridísimalección de Cinemática. Decidí pasar del tema y ponerme a dibujar muñequitos en el margen del libro. Pasaron las horas lentas hasta el recreo. Salí y me senté con mis amigas. Mientras Helena nos contaba el regalo que le iba a hacer a Samu por San Valentin, yo observaba embobada como Mario jugaba al baloncesto. Era como si el tiempo pasase a cámara lenta cuando le miraba. Aquella sonrisa fanfarrona que parecía decir soy el mejor y todos lo sabéis me encantaba. Encestó un triple y se lo dedicó a la chica que estaba sentada al lado del campo. La chica en cuestión era su novia, Sandra Palacio, la chica más guapa del insituto. Si estuviéramos en una película americana, Sandra sería la jefa de las animadoras, Mario el quarterback y yo latípica friki que observa desde lejos.
Volví a clase. El tiempo pasa muy lento para los que esperan algo con entusiasmo. Por eso a mi se me pasaron las clases volando.
Llegué a casa. Subí a mi habitación y encontré una sorpresa. Una rosa y una carta descansaban sobre la cama.

Capitulo 4

Lo primero que hice, antes de tocar nada, fue llamar a Nerea. Siempre la llamaba cuando me pasaba algo. Le conté lo de la carta y me dijo que la abriera. Colgue y le hice caso. Llevaba escrito mi nombre en letras grandes.


Pocas personas lo sabían, pero El Principito siempre me había encantado. Aunque pareciera un libro para niños, yo veía en él mucho más que eso. Era mi príncipe.
Volví a llamar a Nerea y le conté todo lo que ponía en la carta.
-Seguro que es una broma.
-Pero Cris, ¿tu eres tonta o que?-dijo Nerea- Hay alguien por ahí que te tiene bastante cariño, al parecer.
-No se, Nerea, esto es muy raro.
La verdad es que pensaba que era una broma, pero esperaba que no fuese así. Todo esto era un poco confuso, no sabía quien podía ser, pero fuese quien fuese, me conocía bien. O se había informado muy bien sobre mi.
Todavía no había terminado de hacer los deberes cuando mi madre entró de sopetón en mi habitación.
-¿Me puedes ayudar?
-¿Tiene que ser AHORA?-respondí- Además, llamar a la puerta no es ilegal.
-Si, tiene que ser ahora. Necesito que bajes al sótano y me subas el cesto de la ropa.
Bajé refunfuñando y cuando llegué abajo, alguien me tapó los ojos. Oí en un susurro...

te quiero.
Me giré y me dio un vuelco el corazón.

Capitulo 5


-¡Derick! No me lo puedo creer.
-Cris, llevo ahorrando desde que terminó el verano para volver a verte.
No me lo podía creer. Le había echado tanto de menos todos estos meses y ahora ¡estaba justo delante!
Le abracé tan fuerte que por poco le parto una costilla, pero no pude evitarlo. Entonces me dijo con su encantador acento ingles "Feliz San Valentin". Se giró y cogió una rosa que tenía preparada para mi.
-Siempre fuiste la rosa más bella del jardín.
Junto con la rosa, me dio un paquetito. Lo abrí. Dentro había un colgante precioso en forma de corazón. Tenía grabados nuestros nombres.
-Es para que nunca me olvides.
Me quedé sin palabras. Nuestros labios se juntaron y nos fundimos en un beso apasionado que parecía nunca acabar. Ninguno de los dos quería que acabase. Era la primera vez que me besaba con alguien desde lo de Pablo, pero Derick era completamente distinto. Era dulce, pero a la vez cargado de sentimiento y amor. Me olvidé de todo. Sólo sentía a Derick y él solo me sentía a mi. Era absolutamente perfecto.
Derick se quedó en mi casa dos días. Mi madre se pensaba que éramos solamente amigos, pero cada vez que podíamos dejábamos suelto nuestro amor.
Me prometió volver pronto y yo le prometí esperarle hasta que volviera.
Pero la distancia enfría la pasión y aviva los celos.

Capitulo 6


El subidón provocado por la llegada de Derick me tenía en una nube. Mis amigas se hartaban de que no hablase de otra cosa, asi que decidí moderarme un poco para que las chicas no se hartaran de mi. Hablaba con él cada día y le sentía como si estuviera al lado. No podía creerme que eso que algunos llaman amor estuviera ahora gobernando mi existencia.
BEEP BEEP
Mensaje nuevo.
"Veo que vuelves a ser feliz. Espero que ahora podamos volver a ser amigos. "
Borrar. No quería saber nada de Pablo. No entiendo como no se cansa de escribirme variosmensajes a la semana sin recibir nunca respuesta. Al momento, sentí como algo empezaba a cambiar. El odio que sentía por Pablo ya no era tan intenso, era como si el dolor que sentía cada vez que pensaba en él se fuese debilitando, como si fuese espuma en un mar en calma.
Decidí responder el mensaje.
"Ahora vuelvo a ser feliz. Te perdono, pero no quiero que volvamos a ser amigos. Al menos, no por el momento."
-Cris, ¿te pasa algo?
-Nada, Alex, solo el mensaje de un gilipollas.
-Pablo, ¿verdad? Le conozco bien. Es, lo que se suele llamar un sacarina, tan dulce como falso. Era de mi pandilla hace tiempo. Pero eso ya es historia...
-No sabía que hubierais sido amigos... Bueno, da igual. Quiero olvidarle YA!

Llegué al instituto. Las clases pasaban como cualquier día. Una tras otra, como lentas torturas que se sucedían poco a poco, hasta que a quinta hora, la megafonía nos sorprendió a todos.
-Señorita Nerea Higueros Reyes acuda inmediatamente al despacho de la directora.Nerea se quedó pálida. Se levantó y salió de clase entre el murmullo de cotilleo que se formaba a su paso y que se preguntaba el por qué de esta llamada tan poco usual en las prácticas de la escuela. Miré a Helena y a Aroa, pero ninguna de las dos parecía saber nada, Nerea no volvió a clase en todo el día. A la salida todos nos preguntaban por ella, pero nosotras no sabíamos qué responder.
-No contesta al móvil-dijo Aroa preocupada.
-Al fijo tampoco-añadí.
-Deberíamos ir a su casa y ver que tal-dijo Helena- si cogemos el metro no tardaremos nada.
-De acuerdo. -dijimos Aroa y yo a un tiempo.
El trayecto se hizo eterno. Aunque solo eran 3 paradas parecía que no íbamos a llegar nunca. Llegamos a la puerta. Llamamos al timbre, pero no parecía haber nadie en casa.
-¡Chicas! ¡Menos mal!- dijo una voz a nuestras espaldas...

Capitulo 7


-¡Nerea, vaya susto! ¿Donde está tu móvil?
-¿Por qué no contestabas?
-¿Qué te ha dicho la dire?
-Tranquilas, chicas, no os puedo contestar a las tres a la vez-dijo Nerea tranquilamente- No os preocupeis, que no es nada malo. La directora necesitaba un montaje en vídeo para la reunión de padres de hoy y ha recurrido a mis magnificas dotes audiovisuales. Me ha permitido faltar a clase para poder acabarlo. No he podido ni salir a avisarlo. Y mi móvil esta en casa, cargando.
-Pensábamos que habías echo algo malo y que te iban a expulsar.
-¿Expulsar? ¿A mi? Pero si no he roto un plato en mi vida.-Nerea puso cara de niña buena- Venga, entrad, os invito a un smoothie.


Al cabo de un rato volví a casa y encendí el ordenador. Abrí el tuenti, como de costumbre ara enterarme de los nuevos cotilleos y... ¡NOTICIÓN NOTICIÓN! Mario y Sandra acababan de cortar. Al parecer, Sandra era demasiado (cual es la palabra exacta? a si...) PUTA como ara estar más de tres meses con un chico sin ponerle los cuernos, aunque ese chico fuese Mario Córdoba y fuese un Semidiós.
Ahora que Mario volvía a estar soltero le iban a atacar las víboras. Pobrecillo.
Como dice mi madre, lo bueno de ser feo es que cuando alguien te quiere, sabes que es por el interior.
Aunque, a decir verdad, al observar sus fotos no puedo negar que le arrancaría la ropa y le follaría salvajemente.

Capitulo 8


Eres la flor más bonita del jardín.

Solo ventiún días más. Solo eso y le volvería a ver. Volver a ver a Derick.

Me encantaba esa sensación. Era como flotar en el aire. Me sentía querida. Me sentía bien. Sentía que Derick... simplemente era él y yo era yo. No es necesario nada más.

Mensaje nuevo de Derick.

"No existe la distancia. Cierra los ojos. Pon tu mano en el corazon. ¿Lo sientes? Estoy ahí."

Ventiún dias. Eso era todo.


Capitulo 9


Aquella mañana me levanté con una sensación extraña. Era como si algo en mi interior me alertase de que cosas malas estaban a punto de suceder.
Me subí al bus. Saludé a Alex, pero él hoy no estaba solo como de costumbre.
-Hola Cris, te presento a Ricardo. Se acaba de mudar desde Palencia. Es mi vecino.
-Ah, hola- dije con aire distraido.
-Encantado-dijo él un poco sonrojado.- Puedes llamarme Ricky. Soy nuevo aquí, la verdad es que no conozco a nadie. Voy a vuestro mismo instituto.
-¿A si? ¿A que curso?
-A segundo de bachiller. Es una mierda que me haya tenido que mudar justo ahora, pero han trasladado a mi padre en el trabajo y no había otra manera.
La verdad era que el chico nuevo tenía algo. No se si era el brillo de sus ojos o sus cortos rizos rubio ceniza, pero era especial. Durante la siguiente semana, Ricky y yo nos hicimos bastante amigos. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común. Ricky era muy amigable, pero se cabreaba cuando las cosas no salían como él quería. A veces podía resultar hasta violento. Enseguida se fijó en Aroa, pero ella no parecía demasiado interesada.

Nueve días. Las ganas de volver a ver a Derick me hacían enloquecer. Sentía sus ojos azules tan cerca que creía que podría nadar en ellos en cualquier momento. No podía evitar recordar
-¡Despierta!- salí de golpe de mi estado de ensimismamiento en el que, al parecer, llevaba un rato inmersa.
Nerea me estaba hablando.
-Digo que si has visto el nuevo corte de pelo de Mario.
-¿Mario?¿Qué Mario?
-Joder, nena, estás empanada. Mario, el tío más bueno del instituto, ese que juega al baloncesto. Ese que está para comérselo.
La verdad era que no me había fijado. Desde lo de Derick había dejado de quedarme embobada mirando a Mario y había pasado a quedarme embobada pensando en Derick y en su absoluta perfección inglesa.
Mire a Mario. Se había cortado el pelo cortito, con una pequeña cresta. La verdad, le quedaba genial. Pero, era Mario, eso no tenía ningún mérito. Su nuevo corte de pelo resaltaba sus profundos ojos. Es increíble como le brillaban. Pero yo no era la única que estaba pendiente de este nuevo corte. La mitad del instituto, sobre todo los que poseían cromosomas XX estaban pendientes de él. Y él, no se iba a fijar en mi.


Capitulo 10


Sábado por la mañana. Me despierto con un ruido extraño en mi habitación. Es como una especie de zumbido. De repente , alguien se abalanza sobre mi y me empieza a pegar con almohadas.
-Marcos, ¿eres tonto o qué? Estaba durmiendo.
Marcos era mi hermano mayor. Nos llevabamos un poco más de dos años, pero se comportaba como si tuviera cinco años.
-¡Pues ya no, hermanita! Nos vamos a pasar el día en familia.
-¡¿Qué?!
-Como lo oyes. Vístete, que vamos a ir al zoo.
Mi cara debía ser un cuadro. Yo había quedado con mis amigas. En fin, tendría que dejarlas de lado. Lo que sea por la familia. De todas formas, el plan no era de lo más especial.
Me vestí y bajé a desayunar. Mi madre me metía prisa.
-Jo mama, yo no quiero ir al zoo-dije refunfuñando.
-¿Al zoo?¿Y esa chorrada- parecía sorprendida de verdad.
-¡Picaste hermanita!-dijo con una sonrisa burlona- Vamos al centro.
-¿A qué?
-De compras.
Genial. De compras en familia. Es lo que me faltaba ya. Bueno, podría aprovechar la situación para comprarme un vestidito mono para cuando llegase Derick.
Cuando llegamos, mamá se fue con Marcos a la tienda de zapatillas de deporte, y yo agarré a papá de la mano y me lo llevé al Zara. Es asombroso lo dispuesto que está a gastar cuando está harto. Conseguí dos vestidos y un par de zapatos. Al cabo de una hora, nos volvimos a juntar y decidimos por unanimidad ir a comer algo.
-¿Qué os parece ir a ese nuevo, el de las hamburguesas?-dijo Marcos muy convencido.
-Como queráis-dijo mamá.- Pero escoged algo que no sea muy caro, que este hijo mío me ha desplumado.
-¡No es para tanto! Solo me he comprado cuatro camisetas, una chaqueta, unas deportivas y unas gafas de sol.
-Nada, nada, seguro que todo eso lo regalaban con el periódico-dije en un tono sarcástico.
-Habló aquí, la que no se ha comprado nada- dijo papá.
Reímos juntos, y me sentí feliz de tener a mi familia a mi lado. Nos fuimos al nuevo restaurante, que era bastante barato.Nos sentamos, y lo que parecía que iba a ser un agradable día familiar se convirtió en un infierno.
-Hola, soy Pablo, seré su camarero hoy.
Levanté la cabeza. ¿Pablo?¿MI Pablo? No me lo podía creer. ¿Qué hacía él aquí? Yo no quería ni verle. Pero por otra parte, me dio un vuelco el corazón. COnvencía a mis padres para salir de allí. Menos mal que Marcos me ayudó. Aunque a veces peleemos, siempre está ahí cuando le necesito. Pase lo que pase, se que siempre estará ahí. Fuimos a comer a otro sitio. Terminé el día en estado zombie, pero con una firme decisión. No voy a dejar que me afecte. No voy a dejar que ese capullo me haga infeliz.
BEEP BEEP
Mensaje nuevo.
Siento haber jodido tu día- Desde tu mensaje he estado triste permanentemente. No puedo creer lo estúpido que fui. Se que nunca podré recuperarte, pero tienes que saberlo, siempre fuiste la única a la que quise. Nunca me perdonaré el no haberte valorado como te merecías. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Decidí responder. Por última vez.
Te quiero Pablo. Y probablemente siempre te querré. Dicen que el primer amor nunca se olvida. Pero no puedo. Es superior a mis fuerzas. La confianza es algo imprescindible para mi. Además, mi orgullo es demasiado grande como para volver a intentarlo ni siquiera. Adiós.
Enviar. Puede que ahora enviase este mensaje con una lágrima, pero en el fondo de mi corazón sabía que era necesario.
Hay que demoler un edificio, para poder poner los cimientos de uno nuevo.




Capitulo 11

Un día. Veinticuatro horas. Mil cuatrocientos cuarenta minutos. Derick. Seis letras que lo significaban todo. Mañana todo el tiempo que había estado esperándole habría merecido la pena. Salí para ir al instituto. No cogí el bus como de costumbre, sino que me llevó Marcos. Él ya estaba en la universidad y de vez en cuando mamá le dejaba el coche para ir. Y ya de paso, me llevaba. Se empeñó en dejarme en la puerta. Allí estaban Nerea y Helena. Aroa llegaría tarde, como de costumbre. Nerea hizo un saludo entusiasta hacia mi, pero algo me decía que el entusiasmo iba hacia Marcos. Él le guiñó un ojo y ella se giró sonrojada. Salí del coche con la sonrisa en la boca, dispuesta a interrogar a Nerea sobre ese inusual intercambio de "amistosos" saludos.
Pero hubo otra cosa que me ocupo la mente antes. De repente, sentí un fuerte golpe. Todo se volvio negro . Cerré los ojos y caí al suelo sin poder controlar mis movimientos. 
Abrí lentamente los ojos. Me encontraba en una pulcra habitación blanca.
-¿CrisCris!

Una voz grave sonaba a lo lejos. Veía una mancha acercándose a mí. Enfoqué bien y descubrí sorprendida el rostro de Ricky. Me debía encontrar en la enfermería del instituto. Traté de levantarme, pero mis músculos no respondieron.
Al cabo de un rato sentí una especie de cosquilleo. Parecía que empezaba a sentir mis dedos de los pies, y poco a poco el resto del cuerpo.
-¿Qué me ha pasado?-pregunté con un hilo de voz. Transcurrieron unos instantes hasta que alguien rompió el silencio.
-Lo siento mucho, Cris-una voz que no reconocía inundó la habitación.-Te he… Te he atropellado con la moto. Llevas dos semanas en coma.
Entorné los ojos. ¿Mario? El chico con el que llevaba soñando desde siempre estaba justo delante de mí. Pero no estaba como siempre. Llevaba la típica barba adolescente de un par de días, ojeras muy marcadas y su habitual sonrisa había desaparecido de su rostro. Se notaba que la culpabilidad le mataba. Su rostro mostró una punzada de alivio cuando abrí los ojos, pero a pesar de ello seguía con una expresión desmejorada.
-No sé lo que me pasó. Lo siento de verdad. Me distraje un momento y entonces pasaste por delante y yo, y yo,-una lágrima surcaba su mejilla.
Entonces intervino Ricky
-Fue culpa mía. Yo le distraje. Lo siento tanto Cris… Estábamos viniendo los dos en la moto y, y…
Mi madre irrumpió en la habitación como una fiera.
-Vosotros dos: FUERA YA.
Mario y Ricky salieron disparados. Mi madre puede ponerse como un auténtico sargento y al instante siguiente ser la más dulce de las madres.
-¡MI NIÑA! ¿Cómo te encuentras?-Me achuchó a besos mientras hablaba- hemos estado tan preocupados…
-Me encuentro bastante bien, para acabar de despertar de un coma, la verdad sea dicha.- empezaba a poder moverme.
Resulta que no estaba en la enfermería del insti, sino en el hospital. ¿Dos semanas? ¿Llevaba en coma dos malditas semanas? No podía ser. ¿Y Derick? Eran tantas preguntas sin responder…
-¿Dónde está Derick?-pregunté preocupada.
-Canceló su vuelo cuando se enteró del accidente. Dice que viene en una semana. Llama todos los días para preguntar como te encuentras. Le alegrará saber que has despertado.
Alcé la cabeza y avisté varios ramos de flores, algunas tarjetas y tres o cuatro cajas de bombones.
-Parece que la gente se acuerda de ti, nena-reconocí la voz de Nerea.-Ricky me lo explicó todo. Él y Mario habían venido en la nueva moto de Mario. Ricky le señaló a Mario una cosa, Mario se distrajo un segundo y… creo que conoces el resto de la historia. Por suerte solo te dio en la pierna, no tienes lesiones fuertes de cervicales o lumbares, asique en un par de días podrás caminar y con unas semanitas de rehabilitación adecuada podrás caminar con normalidad
-¿Alguna cicatriz?-pregunté con algo de miedo.
-¡Que va! No has sido necesaria ninguna operación, aunque ahora llevas una férula que te lo está arreglando. Parece que todo va a quedar en un pequeño gran susto.-entonces Nerea se dirigió a mi madre- MªCristina, te puedes ir un ratillo a casa a descansar. Nosotras nos podemos quedar a pasar la tarde con ella.
-Vale, pero volveré a la hora de la cena y ya me quedo a dormir.

Capitulo 12

En cuanto mi madre salió de la habitación Ricky y Mario se apresuraron a entrar.
Me pidieron perdón una y otra vez hasta que termine por decirles:
-No os torturéis. Cualquiera puede tener un error.Pero bueno, para compensar, seréis mis esclavos de ahora en adelante.
-Lo que sea con tal de que nos perdones.-dijo Mario muy serio hablando por los dos.
-¡Estaba de broma! Repito que un despiste lo puede tener cualquiera. No estoy grave, así que podéis daros por perdonados. Iros con la conciencia tranquila.
Si hay algo que no soporto de mi misma es mi incapacidad para estar enfadada con la gente. En parte también era algo liberador. Estar enfadado acorta la vida, y la vida es demasiado corta para estar enfadado.
-Ahora que nos hemos quedado solas... TARDE DE CHICAS!- Aroa sacó de su maxibolso un DVD portatil y una selección de pelis- ¿Romántica, de miedo o de acción?
-¡AMOR! -respondimos Helena y yo a la vez.
Nos pusimos a ver El diario de Noah. Cuando la peli iba por la mitad, Helena se acordó de algo.
-Pause, pause. Se nos olvida algo, chicas- Aroa y Nerea se miraron con cara de póker- Sácalo de tu bolso, Nere.
Nerea se llevó las manos a la cabeza y corrió hacia su bolso. Sacó una especie de cantimplora y gritó "SMOOTHIES"
-De fresa y fruta de la pasión, tus favoritos- dijo Helena mientras me guiñaba un ojo.
Sonreí y continuamos la peli mientras los bebíamos y nos zapábamos una caja de bombones.
Cuando terminó, la peli, decidí preguntarles por las novedades. Las tres se callaron de repente y Helena y Aroa le dedicaron una fugaz mirada a Nerea.
-Oye, Ne, ¿tu no tendrás algo que contarme no?
-Bueno, pues verás, es que, desde el accidente, es que, yo, he estado, ya sabes, bueno, ya sabes...
-Al grano- le corté
-Estoy saliendo con tu hermano.
-¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?
-¿Estás enfadada?- se dirigió a Helena y a Aroa y les susurró- os dije que iba a ser mejor poco a poco.
-¡Que va, no estoy enfadada! Simplemente es... raro.
Nerea me contó toda la historia. Mi hermano y ella llevaban desde verano tonteando por internet, pero como apenas se veían, la cosa se quedó en eso. Pero, desde el accidente,, se habían empezado a ver más y el amor había surgido.
Llegó mi madre, y las chicas se fueron a casa. Me trajo mi móvil. Estaba apagado. Lo cargué un poco y lo encendí. Al poco, aparecieron 6 mensajes. Un par de ellos de publi... borrar. Otros tantos de gente que me preguntaba qué tal estaba... ya contestaría luego. El último. El más especial. El de Derick.
"Preciosa mía, espero que te pongas bien en seguida. No puedo esperar el día en que volvamos a vernos una vez más.
I Love U... Derick"
Dios mío, le quería tanto... Pero es duro ver como el amor está tan lejos. Tan solo una semana. No era tanto, aunque así, postrada en la cama, cada minuto se me hacía una eternidad.
-Madre mía, hija, que sustos nos das...
Entonces, empezó a relatarme lo que me había perdido durante estas dos semanas. La verdad es que no me había perdido demasiado, salvo mucha mucha clase y una comida en casa de mis tíos (que también se había perdido Marcos porque había insistido en quedarse conmigo para que ellos pudieran salir un poco)
-Mañana me podrías traer el portátil para que pueda ponerme al día en asuntos "ciberneticos"- le dije a mi madre intentando ocultar que me moría de ganas de meterme en el Tuenti, facebook y demás historias.
-Claro que si, mi vida, mañana mismo viene Marcos a traértelo.

Capitulo 13

Me desperté, pero na abrí los ojos. Oía susurros lejanos, pero no era capaz de reconocer lo que decían ni quien lo decía. Abrí los ojos con suavidad. Aún me costaba un poco enfocar la vista, pero conseguí distinguir varias caras. Mario se encontraba en una esquina con una expresión tímida y Marcos y papá estaban en el centro de la habitación.
-¡HERMANITA!-gritó Marcos al ver que había abierto los ojos.-Menos mal que estás bien, por un momento creímos que buff... mejor ni recordarlo.
-No grites, que se acaba de despertar, hombre- papá me defendió como solía hacer de costumbre. Era algo que yo solía odiar, pero en esta ocasión lo encontré reconfortante.
-Te he traído el portátil-dijo Marcos- de todas formas, seguramente que hoy ya puedas caminar, así que en un par de días te darán el alta.

¡Grandes noticias! Sobretodo porque me quedaba poquito para volver a ver a Derick. La verdad es que Mario ya no me gustaba tanto desde que... bueno, desde que me atropelló con la moto. Aunque, a pesar de todo, seguía teniendo ese punto adorable que lo hacía irresistible.

-Esto... nosotros ya nos vamos- dijo papá-
-¿Y eso? Qué poco tiempo os quedáis, jo, compadeceos de la pobre enfermita- dije en tono sarcástico.-No me quiero quedar solita...
-En realidad no te vas a quedar sola, hay un hombrecillo que estuvo ayer todo el día insistiéndome para que os dejase a solas un rato-dijo Marcos echando una rápida mirada sobre Mario.

Mario se mordía el labio, como si esperase que yo despotricara y le echase de allí. Me limité a decir "De acuerdo" y les lancé un beso de despedida. Nos quedamos solos y el silencio inundó la habitación.
Mi abuela solía decir que si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, es mejor callar.

-Esto, yo, no se por donde empezar...-Mario rompió el silencio. Parecía como si una fuerza mayor le empujase a hablar contra su voluntad.
-¿Por qué estas aquí, Mario?- A veces me sorprendo de lo borde y cortante que puedo llegar a ser.
-Eso mismo me pregunto yo. No se, se que no tengo por qué estar aquí, de hecho, ni siquiera debería, pero, no se, quiero arreglarlo. Se que no hemos empezado con muy bien pie, de hecho, creo que no había una circunstancia peor para conocernos. Me siento fatal por haberte hecho perder dos semanas de tu vida. Llevo desde el accidente casi sin poder dormir, y me gustaría recompensarte. Déjame invitarte a salir, en plan amigos. Si no quieres no pasa nada.

No supe contestar. Mario se levantó sonrojado y se fue sin decir una palabra más. Su repentino discurso me había bloqueado. Sus palabras salieron disparadas como balas directas a mi cerebro. Mario me había invitado a salir, pero esto, se consideraba salir? Sólo estaba intentando limpiar su conciencia. Además, yo estoy con Derick. Decidí no hacerme ilusiones con respecto a esto.
Cuanto más alto vueles, más dura será la caída.

Capitulo 14


Me dieron el alta. Todavía caminaba un poco insegura y lenta, pero me sentía feliz. Tan solo quedaban dos días para volver a ver a Derick. Esperaba que nada se entrometiese en nuestros planes esta vez.
BEEP BEEP
Mensaje nuevo. ¿Ricky? ¿Qué querría ahora? La verdad es que desde el accidente nos habíamos distanciado.
"Hola pequeña. He oido por ahí que te dan el alta. ¿Te apetece venir a mi casa? Voy a hacer una pequeña "reunión informal" (también llamada fiesta jaja). Pásate, será divertido."
Me sorprendió un poco el mensaje. No le había visto desde que mi madre le echó a él y a Mario de mi cuarto del hospital.
Era sábado. Había quedado con Aroa para ir de compras, pero no me apetecía nada. La llamé y le conté lo del mensaje.
-Dile que vas si me invita a mi también-dijo Aroa en tono pícaro.
-¿Estas de coña? No pienso ir-dije en un tono cortante.
-¿Por qué no? Fiesta con los de primero. Seguro que lo pasamos genial.
-No se tía, ni siquiera sé por qué me ha invitado.
-¿De verdad que no lo sabes? A mi me parece que está bastante claro.
-Ilumíname, Sherlock-
-Parece mentira que la rubia aquí sea yo. Seguro que alguien le ha sugerido que te invite.
-¿Quién?
-Una pista, empieza por "M" y acaba por "ario"
-Seguro que si- dije en tono sarcástico.- Bueno, le digo que vamos, pero que conste que lo hago por ti.
Le contesté el mensaje a Ricky.
"Ok, me pasaré. ¿Puedo traerme a Aroa?"
No tardó ni 30 segundos en contestarme.
"Por supuesto, nena. Calle Luca de Tena nº6, sobre las ocho. Un beso, guapa."
6 de la tarde. Llaman al timbre. Abro, recién despertada de la siesta. Aroa con una sonrisa y unas planchas de pelo.
-¡Hora de ponerte guapa!
-Pero si no me he duchado todavía.
-Pues ya estás tardando.
Me metí en la ducha mientras Aroa ponía la plancha a calentar.

-Date prisa, que no tenemos todo el día.

Me duché tan deprisa como pude. Cuando salí, vi como Aroa había sacado de mi armario todos los modelitos que le parecían adecuados con la situación.
Durante la siguiente media hora, Aroa se dedicó a moldear mi pelo de una forma increíble. ¿Por qué cuando yo lo hacía no me quedaba ni la mitad de bien? Cuando terminó, parecía recién salida de la peluquería. Me maquilló de forma simple, pero me dejo muy guapa.
-Pasa a la sección "vestuario"-dijo Aroa entre risas.
Me probé absolutamente toda mi ropa y nada me gustaba. Cuando parecía que iba a tener que ir con una bolsa de basura atada a la cintura, Aroa me trajo la solución. Sacó de su bolso unos taconazos negros y una falda de tubo.
-Si te pones esto con la camiseta rosa seguro que estás divina.

Me lo probé y, efectivamente, estaba perfecta. Salimos hacia casa de Ricky. No estaba lejos, pero cogimos el metro para no tener que andar mucho con los tacones. Llegamos a eso de las ocho y cuarto, y la cosa parecía con bastante ambiente. Llamamos al timbre y nos abrió Mario. La sonrisa que lucía en la cara se le borró en cuanto me vio.

-Esto... hola-dijo mientras me daba dos besos tímidamente.
-Hola, yo soy Aroa- le dio dos besos enérgicamente y entró sin cortarse un pelo.
-Emm... estas preciosa-dijo con un hilo de voz.
-Gracias-sonreí-¿Dónde está Ricky? Es que quería saludarle.

En realidad lo único que quería era no quedarme a solas con él. Me gustaba mucho, pero no podía. Iba en contra de mi moral. Pero no quería perder la oportunidad con Mario. Todo era tan sumamente confuso... Y cuando estás confuso sólo puedes hacer una cosa: herirte a ti mismo.
Entré en la casa. Ricky estaba hablando con Aroa. Él se había pillado por ella desde que la vio por primera vez, pero entonces Aroa le había rechazado. Parece que las cosas cambian. Aroa tenía ese brillo en los ojos que le sale cuando no es su cerebro el que actúa, sino su corazón. Decidí no interrumpir y me fui a por algo de beber. Había alcohol, pero pensé que tal vez no era una gran idea tomar. Después de la fiesta me iba a dormir a casa de Aroa, y no era lo mejor llegar vomitando. Pillé un 7-up y salí al jardín. No conocía más que a un par de personas de vista, así que me senté en una esquina y esperé a que Aroa dejase de hablar con Ricky. Al cabo de unos minutos tenía a Aroa sentada al lado con una sonrisa de oreja a oreja en la boca.

-A ver, cuéntamelo todo ya- dije en tono exigente.
-No se, es un poco raro, el chico, pero tiene un nosequé que le hace bastante irresistible.
-Entonces no sé a qué estás esperando.
-Yo tampoco se a qué estas esperando tú
-¿Yo? ¿Qué se supone que debería hacer yo?
-Joder, nena, está más claro... Pues liarte con Mario, que pareces tonta.
-¿Te suena un chico inglés que se llama Derick? Estamos juntos, ¿recuerdas? No soy capaz de hacerle eso. No después de que Pablo me lo hiciera a mi. No después de saber lo mucho que se sufre. Le quiero, y no quiero hacerle sufrir. Se que a lo mejor si dejo escapar la oportunidad ahora luego no sea tarde, pero es lo que hay.

Ay, Mario. Tanto tiempo esperándote y tenías que llegar justo ahora. Fui a saludar a Ricky.

-¡Hola enana!- dijo con una sonrisa- Veo que al final has venido. Jo, hace muchísimo que no hablamos.
-Creo que desde que desperté del coma- la sonrisa se le borró de repente.-No pongas esa cara, que era broma.
-Vale...-dijo él un poco cortado- bueno, cuéntame, ¿que tal con el novio ese ingles tuyo? Devin o David o algo así no??
-Es Derick. Pues la verdad es que bastante bien. El lunes le veo.
-¿El lunes?¡Si tenemos instituto!
-Ya lo se, él ya ha empezado las vacaciones. Va a pasar aquí una semana con su familia. Se quedará en casa de mi abuela.
-Genial ¿no? Pues me alegro por ti canija.
-Bueno, y tu y Aroa ¿que?
-Ahí voy... Parece que a cambiado de opinión desde que nos conocimos.
-Me alegro. Parece que todos empezamos a ser felices.
-Todos no- señaló con su cabeza hacia Mario.- Hay alguien por ahí un poco solitario desde que cortó con Sandra.

Me acerqué a Mario y traté de entablar conversación con él. Hablamos de cosas triviales, pero su expresión tristona parecía desaparecer por momentos. Cuando su sonrisa era como la que solía tener siempre, me pareció un buen momento para atacar.
-¿Que tal llevas lo de Sandra?- intenté parecer preocupada pero sin ser cotilla. Mario se quedó un poco cortado y su sonrisa menguó.
-Bueno, bien. Estaba muy pillado, pero aunque parezca mentira, la estoy empezando a olvidar.
-Dicen que un clavo saca a otro clavo.
-Eso dicen.

Capitulo 15

Llevaba enamorada de Mario desde que le vi por primera vez. Lo recuerdo perfectamente. Era una fría mañana del mes de febrero hace ya tres largos años. Yo caminaba arrastrando los pies, triste por qué no encontraba la manera de sonreír sin que fuera una farsa, por qué no encontraba nada que hiciera que el mundo mereciese la pena. Me sentía al borde del abismo, como si al dar un paso más fuese a hacer caer a un sitio del que ya no podría volver.

Entonces, le vi.

Todo pareció volverse más claro.

Entonces, sonrió.

Y el mundo empezó, desde entonces, a ser un lugar bello, donde la vida puede ser maravillosa. 

Capitulo 16

Lunes. Normalmente odio los lunes. Hoy, esa palabra me parecía la más maravillosa del diccionario.
Derick.
Solo unas horas en el instituto y ya estaríamos juntos. Los minutos parecían años. Trataba de distraerme pensando en todas aquellas cosas que íbamos a hacer juntos. Los minutos parecían años. Recreo. Helena, Aroa, Nerea y yo nos sentamos en círculo en una esquina de patio.
-Cuéntalo TODO- exclamó Helena antes de dejar siquiera a Aroa abrir la boca.
-Tranquilas, os lo pensaba contar ahora mismo-respondió Aroa- pues... ¡estoy saliendo con Ricky!
-¿Con Ricky?-preguntó Nerea sorprendida. Ella no había estado en la fiesta del sábado, así que no sabía nada.
-Exacto. Es dulce, mono, y además, besa genial. Cuando me lié con el en la fiesta del sábado no pensaba en salir con él, pero cuando nos íbamos a ir me lo pidió y no pude evitar decir que si. La verdad es que cuando le conocí pensé que era un poco friki, pero ahora me encanta.

Volvimos a clase. Solo tres horas más. Pasaron lentas, pero pasaron.
Por fin, el timbre. Hoy, esa triste campana me sonaba como la más preciosa historia de amor. Marcos me esperaba con el coche en la puerta. Nerea se vino conmigo y cuando me baje, se fueron ellos a dar una vuelta.
-Envíame un SMS esta noche contándomelo todo ¿vale?- me dijo mientras le se sentaba al lado de mi hermano.
-Vale, pero yo no quiero saber absolutamente NADA de lo que pase esta tarde - entonces me dirigí a Marcos y le susurré-No hagas nada malo. Te aseguré que como le hagas daño te corto las pelotas.
Entré en casa corriendo subí a mi habitación y allí estaba. Sin decir una palabra, nos miramos y nos abrazamos. Fue el momento más especial de toda mi vida. Sentí como encajábamos. Eramos como un rompecabezas a punto de ser resuelto. Entonces Derick me susurró "Te quiero, nena"
Le besé y nos pusimos a hablar de todo lo que nos había pasado desde que se fue. Hablamos durante horas acerca de prácticamente todo. Le conté mi accidente y las novedades amorosas que había entre mis amigas.
-Quiero que vengas a conocer a mis amigos en Inglaterra este verano. Podríamos organizar y un viaje por UK.
-Me encantaría.
Nos besamos y, de pronto, alguien entró en la habitación.
-Derick, ¿te quedas a cenar?- dijo mi madre a la vez que entraba.Había estado a un microsegundo de pillarnos besándonos.
- Claro, MªCristina- respondió Derick con su adorable acento británico.
Todo era perfecto. Pero, como siempre, lo perfecto nunca dura suficiente.

Capitulo 17

La semana pasaba. Derick hacía turismo por la mañana y pasaba conmigo las tardes. Íbamos a dar paseos, al parque, a ninguna parte y a todas a la vez. Cada minuto a su lado era mágico.
Nos encotrábamos los dos solos en mi casa el jueves por la tarde. Mi madre y mi padre se habían ido con los padres de Derick a un tablao flamenco y Marcos se había llevado a Nerea al cine.

Derick y yo nos pusimos a ver una peli de amor. O a hacer como que la veíamos Nos empezamos a besar con pasión. Derick empezó a cruzar el límite de los besos, pero yo no quería ceder- No todavía. Yo nunca lo había hecho. No estaba segura de querer pasar todavía a ese nivel, así que, suavemente, aparte a Derick.

-No te voy a obligar a hacer nada que no quieras hacer- me dijo Derick en un susurro.
-Gracias- le besé de nuevo.

Cuando la peli terminó, Derick se fue y yo llamé a Helena para contárselo todo.
-Samu era igual. Tenía mucha prisa, pero yo me negaba. Cuando estuve preparada, lo hicimos. No te sientas presionada. No lo hagas si no estas segura. Y sobre todo, no lo hagas porque se va. No pasa nada por que no lo hagas con él.
-Es que, en realidad, si que quiero hacerlo, lo que pasa es que me entró pánico. Derick está muy bueno y es muy dulce, pero no se si estoy lista.
-No lo decidas ahora. Cuando llegue el momento, sabrás si estás preparada o no. Por cierto, ¿vais a venir Derick y tu a mi casa mañana?
-¿Fiesta?
-Que va, no te motives, mis padres van a preparar una barbacoa para los amigos. Solo un poco de música, carne y nada de alcohol.
-Allí estaremos.

Llamé a Derick para contárselo y me dijo que era perfecto, pero que necesitaba contarme algo importante antes.
-Por favor, Derick, sea lo que sea, bueno o malo, espérate al sábado. Es tu último día. Quiero que sea una sorpresa. 

Capitulo 18

La fiesta de Helena había sido bastante extraña. Todo el mundo estaba muy raro, empezando por mí misma. La certeza de que Derick se marchaba me hacía sentir una angustia incontrolableque me impedía sonreir. Marcos no había podido venir, y Nerea se sentía descolocada entre tantas parejas. Aroa parecía sentir vergüenza de estar con Ricky. Samu estaba inquieto. Yo no le conocía demasiado, ya que cuando él estaba con nosotras casi nunca hablaba. De pronto hizo algo rarísimo. Se acercó a mi y me dijo:

-Cris, necesito hablar contigo.
-¿Conmigo?-pregunté extrañada.
-Sí, contigo. Es importante- miró a ambos lados comprobando que no hubiera nadie-Ven por aquí.

Me condujo a la parte de atrás de la casa de Helena. Helena vivía en una casa en las afueras, con un jardín enorme lleno de árboles, plantas, bancos y lugares donde hablar sin ser visto ni oído.

-Prefiero no dar rodeos. Me he enamorado de otra chica.
-¿Cómo?
-A ver, sigo queriendo muchísimo a Helena, pero no se que hacer.

¿Por qué?¿Por qué acababa yo siempre en el medio de TODOS LOS PUTOS MARRONES?

-No se que decirte, Samu, sois tú y Helena, de toda la vida...
-Da igual, olvidalo. Sólo necesitaba decírselo a alguien. Prométeme que no le dirás nada a Helena.
-De acuerdo, te lo prometo.

Pues eso, todo rarísimo. Me había levantado aquella mañana sin poder parar de darle vueltas a todo lo que había pasado la noche anterior.
Derick llegó a casa al mismo tiempo que mis padres se fueron.

-Antes de que me digas eso tan importante, espera un segundo.- Me acerqué a él y le besé. Sentí sus labios fríos, faltos de pasión, como si su alma hubiera vuelto ya a Inglaterra y solo siguiese su cuerpo inerte. Fue un beso triste y melancólico.
-En primer lugar, te quiero. Nunca había sentido algo así por nadie antes, pero no puedo tenerte como me gustaría. No quiero enjaularte. Quiero que seas libre, que hagas lo que quieras cuando me vaya. Pero también quiero que nunca olvides que eres lo mejor que me ha pasado nunca. Y que no me olvides. Yo nunca lo haré.

Entonces lo sentí. Estaba preparada. Cogí a Derick de la mano y le conduje a mi habitación. Empecé a besarle y a desvestirle lentamente con mis manos. Fue mágico. Me llevó a un lugar donde nunca había estado y del que deseaba nunca volver. Era perfecto. Entonces alcé la cabeza y le vi. Mario. Me llegó a la cabeza como un torbellino. Está claro que el corazón termina siempre siendo el que elige.
Me vestí y salí a la calle corriendo. Corría mientras una lágrima surcaba mi mejilla colorada. Llegué a un parque. Estaba vacío. Me escondí en una de esas casitas de madera donde juegan los niños. Me encantaban esas casitas. Me hacían sentir niña otra vez. Era como si los problemas desaparecieran aunque solo fuera un instante. Pasaban los minutos y yo lloraba.

-Parece que alguien ha tenido un mal día.
Levanté la vista. Un chico rubio se encontraba frente a mi. No le conocía de nada, pero en esos momentos me dio igual.
-Malo no, horrible.
-Toma- me alcanzó un pañuelo.-Desahógate conmigo.

En esos momentos no lo pensé, si no, no le habría contado mi vida personal a un auténtico desconocido. Le conté lo que me acababa de pasar con Derick, le conté lo de Mario, lo de Pablo, lo que me había contado Samu la noche anterior... Acabé relatándole toda mi vida a un completo desconocido. Un completo desconocido que no solo escuchaba y comentaba, sino que iba intercalando sus propias historias. Me enteré de que tenía novia, pero que él tenía la sensación de que iba a dejarle pronto, me contó que a su madre estaban a punto de operarla y que su mejor amiga le había confesado que era lesbiana y no tenía ni idea de como abordarlo. Y así, él y y, nos abrimos el uno al otro. Eramos como dos viejos amigos que lo saben todo el uno del otro.
De pronto, miró su reloj y exclamó:
-¡Me tengo que ir! Dios mío, se me he hecho tardísimo. Ya nos veremos.-Me guiñó un ojo y salió disparado.

Me quedé sentada un par de minutos en la casita de madera pensando en lo que acababa de hacer. Le había contado toda mi vida a un desconocido que había aparecido de la nada con un paquete de pañuelos. ¿Quién era el chico misterioso?

Capitulo 19

Estaba tumbada en la cama de mi habitación. No quería salir nunca. No me podía creer que después de hacerlo con Derick por primera vez me hubiera venido a la cabeza la cabeza de Mario.
La puerta se abrió, y por ella entró Derick. Se sentó a mi lado. Me empezó a besar y le corté.

-No puedo, lo siento.
-Te quiero, Cris- le besé. La cara de Mario no se me iba de la cabeza.-Mañana por la mañana me vuelvo a Inglaterra. Mis padres me han dejado quedarme contigo a dormir. Si a ti te parece bien, claro. Aunque después de lo que ha pasado, no se si es una gran idea.

Dudé un instante y le besé de nuevo. Mario, ¿por qué no sales de mi cabeza?

-Cris, tienes que saber que eres lo mejor que me ha pasado. Antes de conocerte no había querido a nadie igual. Solo te pido que no me olvides. Me basta con un huequito en tu corazón. No pido tanto.

Cerré el pestillo de mi habitación. Volví con Derick. Nos entregamos el uno al otro como si no hubiera mañana. Probablemente, no lo habría. Esta vez, Mario no se me pasó por la cabeza. Ahora solo estábamos Derick, yo y nuestra despedida. A la vez eramos uno solo. Dos almas unidas de una forma tan especial, tan romántica... Derick. Sabía que no iba a encontrar a nadie como él. Tampoco lo esperaba. Pero hay que continuar.

Capitulo 20

Abrí los ojos y lo primero que vi fueron los azules ojos de Derick clavados en los míos.

-Buenos días princesa.

-Buenos días. Aunque no se que tienen de buenos. Te vas, Derick, te vas.

-Eres lo mejor que me ha sucedido, por eso es mejor dejarlo ahora, cuando aún estamos a tiempo de que su recuerdo siga vivo, aunque sea en nuestros corazones y no se pudra por culpa de la distancia y los celos.

Una lágrima surcaba su mejilla. Creo que la mía también.
Nos vestimos y le acompañé al aeropuerto. Justo delante de la puerta de embarque Derick se acercó a mi, me dio un beso, una carta y me susurró: No la abras hasta que me halla ido.
Esperé a que el avión despegase. Con los ojos anegados en lágrimas, sonreí. Era a la vez la cosa más triste y más bella que me había pasado nunca. Derick. Un nombre que significaba tanto para mi.
Llegué a casa. No tuve el valor de abrir la carta. No sabía que hacer. Me sentía tan vacía sabiendo que Derick se alejaba más y más a cada minuto...
Me tumbé en a cama, cerré los ojos y en seguida me vino una persona a la cabeza. Salí al parque con la esperanza de que el chico misterioso estuviera allí de nuevo. Entré en la casita de madera. Todavía tenía la carta en el bolsillo. La saqué. Por fuera solo ponía mi nombre escrito con la preciosa caligrafía inglesa de Derick. Me senté sin poder todavía abrir la carta. Todavía había tiempo. De hecho, tenía todo el tiempo del mundo.
Derick se había ido. Ya no se si merecía la pena abrir la carta, posiblemente sólo me haría sufrir más. A los pocos minutos de estar allí sentada, alguien entró en la casita.

-Hola- era el chico misterioso.

-Hola- dije en un susurro.

-Te he visto entrar desde mi ventana. No se te ve muy feliz.

-No, la verdad es que hoy no es un gran día. Derick se ha ido. No va a volver.

Al decirlo en voz alta me di cuenta realmente. Derick se había ido. Me derrumbé y comencé a llorar.

-Aunque a veces parezca que solo hay espinas, los rosales siempre acaban por florecer en primavera.

Le abracé.

-Gracias. La verdad es que no sabía bien a quien acudir. Desde que está con mi hermano me da palo contarle a Nerea las cosas, no puedo casi ni mirar a la cara a Helena después de lo de Samu yAroa... está demasiado ocupada con los SMS de Ricky como para preocuparse por los míos.

-No hay de qué, bonita. Compartir los problemas hace que parezcan menos pesados. Desde que te vi corriendo desde mi ventana, las cosas solo me han ido a mejor.

-A todo esto, salvo tus problemas, no se nada de ti. Ni siquiera tu nombre.

-Ah, yo me llamo Nico. Toco el chelo y, por si ayer me quedaba algún resquicio de esperanza, Marina me ha dejado hoy. Dice que ya no le gusto y que prefiere a chicos que tocan instrumentos más agudos... ¡La muy zorra me ha dejado por un flautista! En realidad me ha hecho un favor- me guiñó un ojo.-De hecho, yo tampoco se tu nombre.

-Me llamo Cris y, no es por impresionar, pero se tocar la pandereta.

Nico soltó una risita. Nos quedamos hablando un rato. De nada. De todo. Era especial. Con Nico a mi lado, el que Derick se hubiese ido ya no parecía tan dramático.

BEEP BEEP
Mensaje nuevo. ¿Mario?
"Nena :D Llevas una semana desaparecida, ¿te apetece venir esta tarde a mi casas? Vamos a pedir unas pizzas y jugar al singstar. Vente, porfa, que te echo de menos"

Como si no tuviera ya suficiente drama masculino, ahora Mario me echaba de menos y me invitaba a su casa. Es como para volverse loca.

Capitulo 21

Bueno bueno bueno, aquí estoy con el siguiente capitulo de mi blog, consiguiendo nuevos lectores allá donde voy ;)
Espero que os guste, está plagado de sorpresas!
No os olvidéis de comentar :D
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Hacía una semana que Derick se había ido y su carta seguía cerrada encima de la mesa. Samu haabía cortado definitivamente con Helena y ella estaba destrozada. Apenas salía de casa. Habían estado juntos casi cuatro años y esta inesperada ruptura hizo añicos el corazón de Helena.

-CRISTINA, TELEFONO- gritó mi madre desde el salón- es Aroa.

-¿Digame?
-Hola Cris, te llamaba para decirte que Ricky ha organizado una barbacoa en su casa porque ha venido a visitarle un amigo suyo de Pamplona.
-Guay, suena divertido.
-Necesito además que te pases por casa de Helena y la convenzas. Si la llamo yo no va a venir y lo sabes, está demasiado triste con lo de Samu. Una fiestecilla le sentará bien.
-De acuerdo, pero no prometo nada.

Me vestí y fui en un paseo a casa de Helena.

-No pienso ir- dijo muy tajante en cuanto pronuncie las palabras "Ricky" y "fiesta"
-Vamos, Hel, necesitas salir. Se lo mucho que querías a Samu. Se que probablemente sigas queriéndole. Pero no puedes amargarte por culpa de un estúpido que una vez te prometió la luna.
-En serio, Cris, no me apetece.
-No puedes quedarte encerrada en casa para siempre. Tienes que pasar página. Ven a casa de Ricky, podrás pasar un par de horas tranquilo sin pensar en Samu.
-Está bien. Pero que conste que no pienso maquillarme ni un poco.
-No te hace falta. Tu ya eres preciosa al natural.

Al poco salimos hacia casa de Ricky. Llamamos y nos abrió la puerta su hermana.
-Pasad, están en el patio.

-Hola chicas-Ricky nos saludó- os presento a Hugo, ha venido a pasar el finde conmigo desde Pamplona.
-Hola- dijo Helena sin poder evitar soltar una risilla nerviosa.

Estaban allí todas, Aroa con Ricky, Nerea con Marcos y Mario, sentado al fondo, hablando con un par de chicos que no conocía.
En cuanto me vio, se levantó y se cercó a saludarme. El otro día en su casa la cosa se puso tensa. Fui la última en irme, me quedé un rato con él a solas, pero me puse nerviosa y me fui. Llevaba soñando con él desde que le vi por primera vez y ahora que por fin se fijaba en mi, me entraba el miedo.

-Hola Cris- dijo Mario cuando se acercó.-Quería hablar contigo, a solas.

Helena lo pilló rápido y huyó de allí. Mario me cogió de la mano y me condujo al jardín de atrás. Nos sentamos en un precioso banco de madera donde tiempo atrás me di mi primer beso con Pablo.

-Verás, Cris, es que yo quería decirte que...

Le miré directamente a los ojos y le susurré "Hay veces que es mejor no decir nada". Me quedé a un centímetro de su boca.

-No es eso lo que quería decirte- se apartó con un rápido movimiento-verás, es algo que quería contarte. Soy gay.
-¿Que eres qué?
-Gay, ya sabes, hombre que se siente atraído por otros hombres.
-Eres gay. Tu-mis ojos no podían estar más abiertos.- ¿Y eso?¿Desde cuándo?
-Creo que en el fondo siempre lo supe, pero desde que Sandra cortó conmigo me he empezado a fijar en otra persona.
-¿Quién
-Creo que no le conoces, es un chico que vive en mi urbanización. Parece que a él también le gusto.
-Entonces, ¿nunca estuviste interesado en mi?
-No te ofendas, pero no. Yo sabía que tu sentías algo por mi y cuando te atropellé con la moto me sentí tan culpable que fingí estar pillado por ti. Pero según te he ido conociendo me he dado cuenta de que no te lo merecías. Por eso te cuento la verdad. Pero por favor, no se lo cuentes a nadie. No estoy del todo preparado para que todo el mundo lo sepa.
-Te lo prometo. Gracias por tu confianza. Debería volver, Helena está muy sensible desde que Samu lo dejó con ella.
-Pues no está lo que se dice compungida.

Me giré y vi a Helena liándose con Hugo, el amigo de Ricky.
¿Qué?¿Cómo?¿Cuándo? La verdad es que me alegraba por ella. Lo necesitaba.

Capitulo 21


Hacía una semana que Derick se había ido y su carta seguía cerrada encima de la mesa. Samu haabía cortado definitivamente con Helena y ella estaba destrozada. Apenas salía de casa. Habían estado juntos casi cuatro años y esta inesperada ruptura hizo añicos el corazón de Helena.

-CRISTINA, TELEFONO- gritó mi madre desde el salón- es Aroa.

-¿Digame?
-Hola Cris, te llamaba para decirte que Ricky ha organizado una barbacoa en su casa porque ha venido a visitarle un amigo suyo de Pamplona.
-Guay, suena divertido.
-Necesito además que te pases por casa de Helena y la convenzas. Si la llamo yo no va a venir y lo sabes, está demasiado triste con lo de Samu. Una fiestecilla le sentará bien.
-De acuerdo, pero no prometo nada.

Me vestí y fui en un paseo a casa de Helena.

-No pienso ir- dijo muy tajante en cuanto pronuncie las palabras "Ricky" y "fiesta"
-Vamos, Hel, necesitas salir. Se lo mucho que querías a Samu. Se que probablemente sigas queriéndole. Pero no puedes amargarte por culpa de un estúpido que una vez te prometió la luna.
-En serio, Cris, no me apetece.
-No puedes quedarte encerrada en casa para siempre. Tienes que pasar página. Ven a casa de Ricky, podrás pasar un par de horas tranquilo sin pensar en Samu.
-Está bien. Pero que conste que no pienso maquillarme ni un poco.
-No te hace falta. Tu ya eres preciosa al natural.

Al poco salimos hacia casa de Ricky. Llamamos y nos abrió la puerta su hermana.
-Pasad, están en el patio.

-Hola chicas-Ricky nos saludó- os presento a Hugo, ha venido a pasar el finde conmigo desde Pamplona.
-Hola- dijo Helena sin poder evitar soltar una risilla nerviosa.

Estaban allí todas, Aroa con Ricky, Nerea con Marcos y Mario, sentado al fondo, hablando con un par de chicos que no conocía.
En cuanto me vio, se levantó y se cercó a saludarme. El otro día en su casa la cosa se puso tensa. Fui la última en irme, me quedé un rato con él a solas, pero me puse nerviosa y me fui. Llevaba soñando con él desde que le vi por primera vez y ahora que por fin se fijaba en mi, me entraba el miedo.

-Hola Cris- dijo Mario cuando se acercó.-Quería hablar contigo, a solas.

Helena lo pilló rápido y huyó de allí. Mario me cogió de la mano y me condujo al jardín de atrás. Nos sentamos en un precioso banco de madera donde tiempo atrás me di mi primer beso con Pablo.

-Verás, Cris, es que yo quería decirte que...

Le miré directamente a los ojos y le susurré "Hay veces que es mejor no decir nada". Me quedé a un centímetro de su boca.

-No es eso lo que quería decirte- se apartó con un rápido movimiento-verás, es algo que quería contarte. Soy gay.
-¿Que eres qué?
-Gay, ya sabes, hombre que se siente atraído por otros hombres.
-Eres gay. Tu-mis ojos no podían estar más abiertos.- ¿Y eso?¿Desde cuándo?
-Creo que en el fondo siempre lo supe, pero desde que Sandra cortó conmigo me he empezado a fijar en otra persona.
-¿Quién
-Creo que no le conoces, es un chico que vive en mi urbanización. Parece que a él también le gusto.
-Entonces, ¿nunca estuviste interesado en mi?
-No te ofendas, pero no. Yo sabía que tu sentías algo por mi y cuando te atropellé con la moto me sentí tan culpable que fingí estar pillado por ti. Pero según te he ido conociendo me he dado cuenta de que no te lo merecías. Por eso te cuento la verdad. Pero por favor, no se lo cuentes a nadie. No estoy del todo preparado para que todo el mundo lo sepa.
-Te lo prometo. Gracias por tu confianza. Debería volver, Helena está muy sensible desde que Samu lo dejó con ella.
-Pues no está lo que se dice compungida.

Me giré y vi a Helena liándose con Hugo, el amigo de Ricky.
¿Qué?¿Cómo?¿Cuándo? La verdad es que me alegraba por ella. Lo necesitaba.

Capitulo 22


Aquella mañana me desperté y sentí un vacío en mi interior. Derick se había ido y Mario me había confesado su homosexualidad. Las dos cosas me habían partido el corazón. Me quedé en mi cama sin hacer nada durante un rato. Miré al techo y descubrí sorprendida un sobre con mi nombre. ¿Cuánto tiempo llevaría allí pegado? Lo despegué y lo abrí. Dentro había una carta. Reconocí en seguida la letra.

"Hola Cris, soy tu Principito. El que te quiere desde siempre. El que siempre te querrá. El que te adora. El que te sueña. Necesito dar la cara. Necesito que sepas quien soy."



Dios mío, casi me había olvidado de aquella carta y aquella rosa que recibí por San Valentín. Volvía a atacar. ¿Por qué ahora?¿Quién sería el misterioso chico? Fuera quien fuese me había asustado bastante. ¿Cómo había entrado en mi habitación? No sabía que hacer.

-Cristina, me voy a comprar, ¿te vienes?- dijo mi madre a voz en grito desde el salón.

Estaba tan asustada que lo único que me apetecía era salir de mi cuarto y despejarme. Me vestí y me fui con ella. Miraba la ropa de forma distraída, sin parar de pensar en que alguien había estado en mi habitación. El principito parecía saberlo todo sobre mi, lo cual me asustaba mucho. Al volver, encontré una nueva nota sobre mi cama.

"Hola Cris, soy tu principito, veo que por fin has descubierto este pequeño secreto que lleva meses sobre tu cabeza. Recuerda que a veces los sueños se hacen realidad."


Decidí llamar a Mario para contárselo. Cuando me contó que era gay, la magia desapareció. Él había confiado en mi mucho más de lo que nadie había confiado nunca, a pesar de ello, yo ya no le veía con los mismos ojos. Ahora era un amigo, de los de verdad. Le conté todo lo que me había pasado con el principito.

-¿Y no tienes ni idea de quién puede ser?
-Ni la más remota.
-No te preocupes, nena, le encontraremos.
-Pero,¿cómo?
-El va a dejarte mensajes, ¿no? También podrá recoger los tuyos.
-Está bien, le dejaré una nota.
-¿Y qué le vas a poner?
-No lo se, que deje de asustarme con sus estúpidas cartitas.

Así lo hice. Escribí una nota en la que ponía: "Se que me quieres, pero me asustas. No me dejes más cartas, por favor"


Capitulo 23


La mañana siguiente me desperté y vi una carta en la mesa.

"Necesito verte"

Otra vez la misma caligrafía. Era él. Era el principito. La nota que yo había escrito el día anterior ya no estaba. Había entrado mientras dormía. Me asusté y le pedí a Marcos que me llevase en coche al insti. Me daba miedo ir sola por la calle. En cualquier momento podría aparecer el principito. Ese nombre era para mi un personaje de ensueño y ahora había pasado a ser un personaje misterioso y sombrío que no hacía más que enviarme mensajes que daban mucho miedo.
Llamé a Mario.
-Me ha contestado.
-¿Qué?¿Cómo?¿Quién?
-Hola, ¿estas despierto?
-Pues... creo que ahora sí.
-Ah, pues, ¡buenos días!
-¡Buenos días! ¿Qué me has dicho?
-Le escribí una nota ayer y se la dejé en la mesa. Hoy cuando me he despertado estaba la contestación. Ha entrado por la noche.
-Joder, es escalofriante.
-¿Y ahora qué hago?
-No te preocupes, no creo que te haga daño. Está enamorado de ti. Lo que pasa que lo demuestra de una forma un tanto peculiar. ¿Y no tienes ni idea de quien puede ser?
-Que va...
-Por cierto, esta tarde Aroa va a hacer una fiesta de disfraces en su casa. Me pidió ayer que te lo dijera. Puedes llevarte a alguien, yo me me voy a llevar a alguien.
-¿Ah si?¿A quién?
-El chico que te dije que me gustaba. Empezamos a hablar y resulta que él también es gay. De momento no estamos juntos, pero creo que la cosa no va mal.
-Me alegro muchísimo- dije sinceramente.

Vale, tenía que encontrar una pareja y un disfraz para la fiesta. No tenía mucho tiempo para buscar, pero me puse a ello. En seguida pensé en Nico, pero no tenía ninguna forma de localizarle. Salí a sacar a Puma, mi preciosa fox-terrier. A lo mejor la suerte me sonreía esta vez.

Capítulo 24

Tenía unas pocas horas para estar en casa de Aroa y me encontraba en frente de la casita de madera en la que conocí a Nico, esperando a que apareciese por acto del destinos. Llevaba mñas de media hora jugando en el parquecillo con Puma, cuando unas manos me taparon los ojos.
-Adivina quién soy.

En seguida reconocí la voz de Nico a mis espaldas, me giré y le miré a los ojos.

-¿Tienes planes para esta tarde?-le pregunté sin rodeos.
-Emm... no, ¿por qué?- respondió sorprendido.
-¿Te apetece venir conmigo a una fiesta de disfraces? Entiendo que no te apetezca y que prefieras hacer otra cosa, pero es que todas mis amigas van a llevar pareja y desde que se fue Derick no tengo a nadie con quien compartir esas cosas... Sé que no nos conocemos mucho y que probablemente pienses que estoy loca, pero por si acaso....
-No hace falta que me des tantas explicaciones- me cortó.-Hace un rato que he decidido ir.
-Gracias, gracias, ¡gracias!-dije mientras le abrazaba.
-Aunque, hay un problemilla...
-¿Qué pasa?
-No tengo ningún disfraz.
-No te preocupes, seguro que convenzo a mi hermano para que te deje alguno. Le encantan, así que tiene un montón.

Fuimos a mi casa. Nerea y Marcos estaban todavía allí, por suerte.
-Marcos, necesito un pequeño favor.
-Lo que sea con tal de hacer feliz a mi hermanita- dijo con una voz risueña.-Es broma, a ti no te doy ni los buenos días.
-Por favor, solo necesito que me prestes uno de tus disfraces un par de horas.
-No.
-¡Por favor!
-¿Y si a cambio te preparo mañana, emmm... una tortilla?
-No.
-¿Enaladilla rusa?
-No.
-¿Galletitas caseras?
-Está bien... pero luego te encargas tú de lavarlo.
-De acuerdo, ¡gracias!-le abracé mientras él trataba de escabullirse.

Subí con Nico a la habitación de Marcos y le saqué el disfraz de Batman.
-Creo que este te estará bien-dije mientras me fui a poner mi disfraz de Superwoman.
Cuando bajamos, los dos vestidos de superhéroes, Marcos ya se había ido.
-Mierda, mierda, mierda-dije yo-¿y ahora cómo vamos a la fiesta?
-Esto... podríamos ir en mi moto.
-¿Tienes una moto y todavía no me lo habías dicho?-le pegué en el brazo.
-¡Ah! No me pegues- exclamó en tono de broma-Todavía no me habías preguntado.
-De acuerdo, vamos entonces.
-Espera me cogió de la mano y me acercó hasta él. Suavemente, acercó sus labios a los míos y me dio un dulce beso.
-¿Y esto?-pregunté sorprendida.
-Me gustas, Cris.
-Y tú me gustas a mi, pero aún me parece un poco pronto. Todavía sigo un poco con el tema de Derick, y no quiero hacer esto mal.
-De acuerdo, sin presiones. Es mejor ir poco a poco.

Segundos después, lo pensé mejor y le besé de nuevo.

-¿Y esto?-ahora era él el sorprendido.
-Me lo he pensado mejor.Nunca es pronto ni tarde, las cosas llegan cuando deben llegar.

Me besó una vez más y nos subimos a su moto. Apenas fueron unos minutos hasta casa de Aroa, pero a su lado, el tiempo era infinito.
Cada instante era precioso.
Cada instante era perfecto.

Capitulo 25

Llegamos a casa de Aroa y Ricky nos abrió con una enorme sonrisa en la cara.

-Esto, Ricky, te presento a Nico.
-Hola tío-dijo mientras se chocaban las manos.-Pasad, Aroa os está esperando dentro.
Nico estaba muy nervioso, pero se le quitaron los nervios en cuanto le cogí la mano.
-Aroa, este es Nico.
Aroa optó por darle un entusiasta abrazo mientras decía con voz muy rápida "Oh Nico! ¡Eres tu! Cris nos ha hablado muchísimo de ti, cuanto me alegro haberte conocido por fin"
-Ah, si- respondió Nico un poco cortado.
-Un momento, tu cara me suena un montón.¿No estuviste con nosotras en clase en primaria?
-Es posible, en primaria cambie mucho de colegio. Espera, ¿íbais al Colegio Juan de la Cierva?
-Si, claro, fuimos todas juntas a ese colegio.
-Pues estuve con vosotras en tercero de primaria y luego me mude a Barcelona. Mi padre era militar y cada año le destinaban a un sitio. Cuando murió volvimos aquí y llevo todo la E.S.O en el Instituto Cristobal Colón.

Se me encogió el corazón. No me había contado lo de su padre. Cuando Aroa se fue, le abrazé.

-No me lo habías dicho.
-Lo siento, no es algo que me guste mencionar así como así, y no me había surgido la oportunidad.
-No te disculpes, pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites.

Nico me volvió a besar. Le presenté a todos mis amigos. Encajaba a la perfección, todos sentían como si le conocieran de toda la vida. Bueno, todos no, Ricky no le tragaba. Le pasa a menudo, le suele costar acostumbrarse a la gente nueva.
Bailamos toda la noche, y luego me llevó a casa. Antes de dejarme me susurró al oído.

-Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos.

Arrancó la moto y se marchó.

Capítulo 26



Me desperté aquella mañana con las palabras de Nico en la boca, sabía que me sonaban de mucho, pero no era capaz de recordar de qué. Entonces me di cuenta. Todo encajaba.

-Mama,¿los libros de texto de primaria están en casa?
-No, hija, los llevamos a casa de la abuela cuando hicimos la reforma, ¿no te acuerdas?
-Si claro, me tengo que ir.

Salí corriendo hacia casa de mi abuela. Vivía a unos 10 minutos andando, pero llegué en la mitad.

-Hola abuela, necesito la llave des trastero-dije mientras entraba por la puerta.
-No me has dado ni un beso y ya me estás pidiendo algo.¡Cómo se nota que eres hija de tu madre!
-Perdona abuelita-le dije al tiempo que le daba un beso rápido en la mejilla-Pero necesito esa llave cuanto antes.
-Coge la llave, está en el cajón que hay debajo de la estatuilla del San Antonio.

La cogí en un momento y bajé veloz al trastero. Entre un montón de cajas, trastos viejos y recuerdos olvidados encontré una caja cuyo rótulo era "CRISTINA, PRIMARIA". La abrí. Entre un montón de dibujos míos de pequeña encontré lo que había ido a buscar. El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Lo abrí y vi que no era mío. Nicolás Mendoza. Era él. Nico era el principito, y esas palabras estaban sacadas del libro. Nada era coincidencia.
Empezó a sonar mi móvil. Nico. No quería cogérselo. Rechazar. No quería hablar con él, pero a pesar de todo le envié un mensaje.

"Sé que eres tú. Sé que eres el principito. Déjame en paz. No quiero saber más de ti."
Apagué el móvil. Sentí miedo. Nico sabe donde vivo. Ha entrado por las noches. Volví corriendo a casa si siquiera despedirme de la abuelita. Todavía sujetaba el libro entre mis dedos cuando llegué a casa.

-Cris, ha venido a verte un amiguito tuyo. Está arriba en tu habitación.-dijo mi madre en cuanto me vio llegar.-Dice que tienes el móvil apagado.

Corrí hacia arriba horrorizada, temiendo ver de nuevo a Nico.

-Joder, Mario, que susto me acabas de dar.
-¿Y esa cara? Ni que hubieras visto un fantasma.
-No estoy para bromitas.¿Te acuerdas de Nico, el chico de ayer, de la fiesta de Aroa?
-Como para olvidarle, llevas dándome le coñazo con el chico ese durante semanas.
-Es él.
-¿Que?
-Es el principito.
-¡¿Queeeee?!
-Como lo oyes. Es el de las notas. Es el de la rosa. Es él.
-¿Y qué piensas hacer?
-No lo sé, Mario, tengo miedo.
-Haz caso a tu corazón. Yo solo sé que ayer en la fiesta no podías parar de sonreír . Y él te miraba con unos ojillos... Le brillaban tanto que aún no entiendo como no te cegabas al mirarle. Creo que no tienes por qué tener miedo. Él te quiere, lo que pasa es que no encontró una buena forma de demostrártelo.

Abracé a Mario. Después de hablar con él me sentí mucho más relajada.

-A todo esto, ¿tu que haces aquí?-me pareció raro que entrase, pues él solía siempre esperarme fuera.
-Yo también necesito consejo.
-¿A si?¿Qué te pasa?
-Voy a decírselo a mis padres.

Hubo un pequeño silencio, entonces Mario rompió a llorar y me abrazó.

-No puedo seguir escondiéndome-dijo entre sollozos.
-¿Crees que se lo tomarán bien?
-No lo sé, la verdad. No es que sean los padres más liberales del mundo, pero tampoco son del Opus. Necesito que me ayudes.
_Tienes que buscar el momento adecuado, un momento en el que no estén ni cabreados, ni tristes ni especialmente contentos. Por cierto, ¿qué pasó al final con el chico que ibas a traer a la fiesta de Aroa?
-Se rajó. Todavía no se siente preparado para decírselo a nadie, ni para dejarse ver con otro chico en una fiesta, aunque nadie le conozca. Por eso necesito decírselo.
-¿Quieres que vaya contigo?
-Gracias-dijo mientras la última lagrimita corría por su mejilla-Pero esto es algo que debo hacer yo solo.

Le abracé de nuevo. Mario era tan valiente...

Capítulo 27

En cuanto Mario se fue de casa yo encendí mi ordenador.

1 MENSAJE NUEVO

"Por favor, por favor, Cris, déjame que te lo explique. ¿Podemos vernos? Te quiero."

No quería verle. Salí de casa con el libro, dispuesta a dejárselo en la casita, en nuestra casita, en la que nos vimos por primera vez. Al llegar allí encontré algo que no esperaba para nada. Nico estaba sentado la en la puerta y nada más verme se levantó y corrió hacia mi. Intenté darme la vuelta e irme, pero el corrió y me tomó la mano.

-Cris, por favor, necesito hablar contigo.
-Esto es tuyo.- Alargué la mano para darle el libro.
-Espera, por favor. Cierra los ojos.-Tenía tantas ganas de perdonarle que le hice caso.-Tengo algo para ti.

Me tapó los ojos con un pañuelo azul de seda y me condujo dentro de la casa.

-Ya puedes quitártelo.-dijo en un susurro.

La casita estaba complétamente diferente. Las paredes eran rojas ahora y sobre el suelo había pétalos de rosa. Nico había puesto en el altavoz del móvil una dulce melodía de Debussy y sostenía en la mano una cartulina en la que ponía en letras grandes "LO SIENTO". Le dio la vuelta a la cartulina y pude leer entonces un pequeño texto.

"Se que lo que hice no tiene perdón, pero a pesar de todo lo siento. Perderte es lo último que quiero."

Me levanté y le besé como no le había besado nunca. No sabía como debía sentirme, pero en ese moemenyo no me importó.

-Espera, Nico. No puedo hacer esto así. De repente, descubro que eres el Principito y te plantas aquí con unas rosas y una música preciosa y se supone que debo olvidarlo todo y perdonarte. Entonces te miro, me olvido de que no debo quererte y mi corazón me abandona por completo. Necesito tiempo para pensar.

Sin mirar atrás, empecé a caminar hacia mi casa.
BEEP BEEP

"Cris, te necesito. Ahora más que nunca. ¿Puedo ir a tu casa ahora?"
-Mario

Respondí al instante.

"Por supuesto. Ahora mismo no estoy, pero llego en 5 minutos."

Menos mal. Necesitaba a mi amigo mucho mas de lo que pensaba. Apreté el paso, pues quería llegar a casa lo antes posible. Cuanto más me alejaba de Nico, más me daba cuenta de que no me convenía para nada, pero al estar a su lado sentía un magnetismo especial que me impedía alejarme, una chispa electrizante que me atravesaba, una llama que me quemaba el pecho, algo que me hacia olvidar todo aquello que había hecho.

Llegué a la puerta. Mario estaba allí esperándome. Se levantó corriendo a abrazarme.

Capítulo 28


-Cris, lo siento.
-¿Por qué?-le pregunté contrariada-¿Qué ha pasado?
Mario señaló a la puerta de mi casa. Sobre el porche descansaba su maleta verde oscuro. Me fijé bien en sus ojos, estaban rojos e hinchados de llorar.
-Mis padres me han echado-dijo entre sollozos.
-¿¡Cómo!?
-Se lo he contado. Les he dicho que soy gay. Mi madre se ha puesto a llorar en silencio y mi padre se ha puesto a llorar como un loco. Me dijo que era la vergüenza de la familia, que qué iban a pensar los vecinos...
-Shh, tranquilo-le dije mientras le abrazaba-No te preocupes, puedes quedarte el tiempo que quieras.
-Mi madre. Mi propia madre se ha girado decepcionada. Ni me ha mirado a la cara. Pero eso no es lo peor. Bruno me ha dejado. Parece que se le ha "pasado" esto de ser gay. Como si fuera una puta enfermedad... Ni siquiera me lo ha dicho él. Me lo he imaginado cuando he llegado a casa y mi hermana me lo ha presentado como su nuevo novio. ¡Dios, ni siquiera había roto conmigo! Maldito cobarde...

Le abracé. Mario todavía no le había dicho nada a ninguno de sus amigos, así que yo era lo único que él tenía en ese momento.

-No quiero esconder lo que soy, pero temo que si lo digo todos me darán de lado...
-Mario, eres la persona más fuerte que he conocido nunca. Pero no debes contar nada todavía. Sabes que yo no te voy a abandonar nunca, porque te quiero tal y como eres, pero la gente en general no lo hará.
-Gracias por el consejo, pero de todas formas no pensaba hacerlo todavía. Necesito que mis padres me acepten antes de intentar que lo haga cualquier otro. Voy a ir a hablar con mi madre.
-Vale, pero espera a mañana. Creo que has tenido suficiente por hoy. ¿Quieres un chocolate caliente?
-No, gracias. Ahora solo quiero dormir.
Acomodé a Mario en la habitación de invitados y me fui a mi habitación a pensar en Nico. Necesitaba saberlo todo antes de tomar una decisión: cómo había entrado, cómo me había encontrado y todas esas cosas. Le envié un mensaje.

"No te puedo perdonar si no sé toda la historia
Cris"

Cuando estaba a punto de irme a dormir, recibí la contestación.

"Mira tu correo
Nico"

Encendí el ordenador, me metí en el correo y vi que tenía dos mensajes nuevos.
Vi el mensaje que me esperaba, el de Nico, pero también vi uno que no me esperaba para nada.

"Hi, sweetie thing. ¿Como estas, mi preciosa flor? Tengo muy buenas noticias... ¡El banco de mi padre le ha destinado a España! Dentro de un mes nos mudamos, y empezaré el instituto en España después de Navidad. Me han dicho que viviremos como a media hora de tu ciudad, pero mi padre me ha prometido una moto para poder ir a verte. Él sabe que tú y solo tú eres la única que puede hacer que deje Inglaterra por mi propio pie. Espero que me contestes pronto. Love you,
Derick"

Lo que me faltaba.

Capitulo 29


"Me porté muy mal contigo. Fui un cobarde y lo siento. Ojalá nunca hubiera escrito esa carta. Ojalá hubiese tenido el valor de confesarte mi amor a la cara. Pero no lo hice, y no puedo cambiar el pasado, pero si contarte la historia, mi historia, y espero que algún día también la tuya.
Cuando éramos pequeños íbamos juntos a clase, debíamos tener 8 años o así. Tú me gustabas tanto... Nos mandaron leer El Principito. Tú no lo tenías, así que te dejé el mío. Te gusto mucho, y decidí regalártelo, lo metí en tu mochila a escondidas el último día.
Aquel verano destinaron a mi padre a Barcelona y me quise morir. Estuve sin hablar con mis padres casi todo el verano, pero al final se me pasó. Cuando mi padre murió el año pasado, mi madre decidió volver aquí, pues yo creo que fue el único sitio donde fuimos alguna vez realmente felices.
Un día mientras miraba por la ventana, te vi por casualidad. Estabas paseando con tu perrita y, de repente, todos los sentimientos olvidados en mi corazón de niño se encendieron como el fuego. Empecé a informarme sobre ti y a averiguar la manera de conocerte de nuevo, desde cero. Aquel día de San Valentín, mi hermano Fer (al que le cuento todo) me convenció para entrar en tu casa y dejarte la carta y la rosa. Al cabo de un tiempo dejé de verte por el parque, y mi vida perdió color. Verte, aunque fuera de lejos, llenaba de vida toda mi existencia. Entonces, ese día que llegaste llorando me armé de valor y de un paquete de pañuelos y me decidí a conocerte. Mi hermano me siguió insistiendo para que siguiera con lo de las cartas, pero yo no quería, así que siguió él. Mi padre nos enseñó ciertas "habilidades". La última carta que yo escribí fue la del techo. Fer te observaba, sin decirme nada, y contestó tus mensajes. Creo que la muerte de mi padre le nubló un poco la mente. Pero no le echo la culpa. Todo fue culpa mía por dejar que esto empezase. Espero que ahora que lo sabes todo puedas perdonarme.
Te quiero, Nico."

Me quedé conmocionada al leer toda su historia y le envié un mensaje al movil.

"Nos vemos mañana a las 11 en la casita del parque. Tenemos que hablar."

Ni siquiera sabía todavía si le iba a perdonar o no. En realidad él no tenía toda la culpa, pero podría haberlo parado todo antes. Él había hecho que me diera cuenta con aquella frase. Supongo que lo mejor iba a ser esperar y decidir al verle.

Me fui a la cama y me quedé pensando en las dos cartas que había recibido. No podía creer que una de las personas a las que más había querido volviese a España. Y así, con el dulce recuerdo del cariño y el amor de Derick, quedé atrapada en los brazos de Morfeo.

Capitulo 30

No había abierto los ojos todavía, pero pude percibir el dulce aroma de las tortitas recién hechas. Salté de la cama y fui corriendo a la cocina.

-Buenos días, princesa- dijo Mario mientras me daba un beso en la mejilla- He hecho tortitas para ti.
-¿Estás mejor hoy?
-La verdad es que sí. Hoy va a ser un gran día, lo presiento. Es un día muy importante para mi. Voy a ir a hablar con mis padres. Necesito explicarles que aunque sea así, sigo siendo el mismo, sigo siendo su hijo. Necesito que me vean feliz, tal y como soy aunque ahora no encuentre razones para sonreír.
-Me siento muy orgullosa de ti- hice una pequeña pausa- Por cierto, tengo una cosita que contarte.
-Dime-
-Ayer cuando te fuiste a dormir, recibí un SMS de Nico. Es el principito.
-¡¿Qué?!
-Es él. Me ha enviado un correo explicándomelo todo. En cuanto terminemos de desayunar te lo enseño.
-De acuerdo.
-Bueno, y también te tengo que contar otra cosita.
-Dios mío, lo que se pierde uno por irse a dormir...
-Derick vuelve a España.

Se hizo el silencio durante unos instantes.

-Vaya, eso si que no me lo esperaba.  ¿Y qué vas a hacer?
-No lo sé. Estoy muy confusa. Quiero a Nico, pero me siento un poco traicionada por él. Y Derick... no se si será lo mismo o se habrá enfriado el amor. La distancia muchas veces nos hace olvidar lo que realmente importa.

Le enseñé los dos correos y dejé que opinase.

-¿Qué tienes pensado hacer?- me preguntó finalmente tras un largo tiempo callado.
-No lo sé. Quiero muchísimo a Derick, pero cuando se fue me rompió el corazón. Nico ha conseguido arreglarlo poco a poco con su dulzura y su cariño, pero eso ahora se desvanece por culpa del principito. He quedado con Nico ahora, a las 11, en nuestro sitio especial, la casita de madera del parque. Pero necesito decidir ahora qué decirle, si no, no seré capaz de nada.
-Le quieres, Cris, eso lo sabes. Derick no viene hasta dentro de un mes, así que tienes tiempo para arrepentirte, pero estoy seguro que si no le das una oportunidad, te arrepentirás.
-De acuerdo, lo haré.
-Me alegro. Por cierto, me voy ahora a casa. Voy a hablar con ellos. Tengo que hacerles entender que si ellos no me entienden, nadie lo hará.
-Eres lo mejor que tengo ahora. Te necesitaré cuando termine de hablar con Nico. Espero que a ti te vaya todo bien y no me necesites, tu ya me entiendes.

Me despedí de Mario con un abrazo y salí al encuentro de Nico un poco antes de la hora. Cuando llegué a la casa, estaba todavía vacia, así que me senté dentro y me puse a escuchar Queen en el iPod. Cuando me sentía tensa, la dulce voz de Freddie Mercury conseguía relajarme. Al cabo de un rato, la puerta de la casa se abrió, pero Nico no entró por esa puerta.

-Cris, ¿verdad?
-Sí...-respondí en tono dubitativo- y tu eres...
-Ah claro, tu no me conoces yo soy...
-Fer- le corté- Eres el hermano de Nico, ¿no?
-Correcto
-Es que os parecéis mucho- Fer esbozó una media sonrisa- Entonces tú eres el que...

No pude continuar, me quedé sin palabras y la sonrisa desapareció súbitamente de su rostro.

-De eso venía a hablarte. No sé que te habrá contado, pero no te fíes. No está jugando limpio contigo. No te está contando toda la verdad, eso tenlo por seguro. Te puedo garantizar que él te quiere un montón, pero no sabe querer, y podrías salir herida.
-¿Y por qué debería creerte a ti y no a él?
-Realmente no tienes por qué. Es solo un consejo. Eres libre para hacer lo que quieras, pero piensa en lo que te he dicho.

Me quedé un rato pensativa mientras él me miraba esperando una respuesta. No podía articular palabra.

-Por cierto, no hace falta que esperes más a Nico. Ni siquiera sabe que habíais quedado. Cojí su movil mientras te escribía y borré el mensaje cuando llegó.
-¡No tenías ningún derecho!-dije en tono cabreado.
-Entiendo que te enfades, Cristina, pero creeme. Te conozco más de lo que te piensas.

Y con estas estremecedoras palabras, se fue.


Capítulo 31


Justo mientras salía de la casita de madera me sonó el móvil.

BEEP BEEP

Mensaje nuevo. Esto no me lo esperaba para nada.
"Te hecho de menos, tanto, que necesito verte.
                    Pablo"
Parecía un maldito complot. Todos los errores de mi vida estaban volviendo hacia mi. Pensé que nada podría ir peor. Qué equivocada estaba.
 "Creo que las cosas se enfriaron entre nosotros hace tiempo, pero a pesar de todo me apetece verte. Quedamos en el Unblocked Bar mañana a las 8. Te viene bien?. Besos"
En ese momento no lo supe,, pero ese fue uno de los peores errores de mi vida. Saqué a pasear a Puma para despejarme y aclarar un poco las ideas. Caminé mas de una hora y sin querer, mis pasos me habían conducido hasta la casa de Aroa. De repente, la voz de Ricky sonó a mis espaldas.

-¡Cris!¡Espera!-me giré-¿Qué haces tú por aquí?

-Nada, me apetecía pasear a Puma y he llegado hasta aquí. Creo que me voy a pasar un rato a ver a Aroa, que últimamente apenas hablo con ella.

-Creo que no es un buen momento.

-.¿Y eso?¿Qué ha pasado?

-Se encuentra mal.

-Ah bueno, pues luego si eso la llamo. Me debería ir ya, va a anochecer.

Caminé a paso rápido hasta casa y cuando llegué llamé a Aroa.

-¿Qué te pasa, mi pequeña enfermita?

-¿A mi? Nada

-¿Ah, no?-pregunté sorprendida- es que hoy mientras paseaba a Puma he pasado por delante de tu casa y cuando iba a llamar justo ha salido Ricky y me ha dicho que te encontrabas mal.

-Ah si...- dijo con un tono muy poco seguro.

-Aroa, ¿te pasa algo?

-No, nada- no me convenció para nada.

- Sabes que me puedes contar cualquier cosa, nena.

-Me tengo que ir. Ya hablaremos.

Colgó repentinamente. No sabía que pasaba, pero sabía que había algo que no iba bien. Y yo, lo iba a descubrir.
Cené y subí a mi habitación, encendí el ordenador y me puse a chatear con mis amigas. Últimamente solo pasaba tiempo con Nico o con Mario y no hablaba casi nada con mis amigas. Les pregunté si alguna sabía lo que le pasaba a Aroa, pero ninguna sabía nada.
Cuando estaba a punto de desistir y apagar el ordenador, un mensaje inconfundible apareció en la pantalla.

-Hey sexy!

Derick me estaba hablando. Realmente no me apetecía hablar con él, tenía demasiados problemas como para pensar en él, en el amor de verano, ese amor tan intenso que viví y que se acabó cuando aun estaba empezando. Ese amor que ahora había conseguido superar de una vez por todas gracias a Nico. Decidí contestarle, aunque no me apetecía para nada.
-Hola Derick :)
-¿Que tal lo llevas, preciosa?
-Ahí voy...
-¿Viste mi mensaje?¡Vuelvo a España!
-Si...
-¿Qué pasará con nosotros?
-No lo se...  Los amores de verano son intensos, son especiales, pero te dejan siempre con ganas de más... Cuando te fuiste, me dejaste destrozada... Y entonces conocí a Nico.

DERICK SE HA DESCONECTADO

No se si lo había hecho a propósito o si se le había desconectado internet, pero lo cierto es que se había ido. Aproveché ese momento para irme a dormir. Apagué el ordenador y me metí en la cama, esperando que de alguna manera todo se arreglase, aunque fuera tan solo en el maravilloso mundo de los sueños.

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