domingo, 23 de octubre de 2011

Capítulo 27

Perdón por la tardanza en escribir una nueva entrada, pero es que estos días estoy que no piso mi casa!
Espero que la disfrutéis!

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En cuanto Mario se fue de casa yo encendí mi ordenador.

1 MENSAJE NUEVO

"Por favor, por favor, Cris, déjame que te lo explique. ¿Podemos vernos? Te quiero."

No quería verle. Salí de casa con el libro, dispuesta a dejárselo en la casita, en nuestra casita, en la que nos vimos por primera vez. Al llegar allí encontré algo que no esperaba para nada. Nico estaba sentado la en la puerta y nada más verme se levantó y corrió hacia mi. Intenté darme la vuelta e irme, pero el corrió y me tomó la mano.

-Cris, por favor, necesito hablar contigo.
-Esto es tuyo.- Alargué la mano para darle el libro.
-Espera, por favor. Cierra los ojos.-Tenía tantas ganas de perdonarle que le hice caso.-Tengo algo para ti.

Me tapó los ojos con un pañuelo azul de seda y me condujo dentro de la casa.

-Ya puedes quitártelo.-dijo en un susurro.

La casita estaba complétamente diferente. Las paredes eran rojas ahora y sobre el suelo había pétalos de rosa. Nico había puesto en el altavoz del móvil una dulce melodía de Debussy y sostenía en la mano una cartulina en la que ponía en letras grandes "LO SIENTO". Le dio la vuelta a la cartulina y pude leer entonces un pequeño texto.

"Se que lo que hice no tiene perdón, pero a pesar de todo lo siento. Perderte es lo último que quiero."

Me levanté y le besé como no le había besado nunca. No sabía como debía sentirme, pero en ese moemenyo no me importó.

-Espera, Nico. No puedo hacer esto así. De repente, descubro que eres el Principito y te plantas aquí con unas rosas y una música preciosa y se supone que debo olvidarlo todo y perdonarte. Entonces te miro, me olvido de que no debo quererte y mi corazón me abandona por completo. Necesito tiempo para pensar.

Sin mirar atrás, empecé a caminar hacia mi casa.
BEEP BEEP

"Cris, te necesito. Ahora más que nunca. ¿Puedo ir a tu casa ahora?"
-Mario

Respondí al instante.

"Por supuesto. Ahora mismo no estoy, pero llego en 5 minutos."

Menos mal. Necesitaba a mi amigo mucho mas de lo que pensaba. Apreté el paso, pues quería llegar a casa lo antes posible. Cuanto más me alejaba de Nico, más me daba cuenta de que no me convenía para nada, pero al estar a su lado sentía un magnetismo especial que me impedía alejarme, una chispa electrizante que me atravesaba, una llama que me quemaba el pecho, algo que me hacia olvidar todo aquello que había hecho.

Llegué a la puerta. Mario estaba allí esperándome. Se levantó corriendo a abrazarme.





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¿Has sonreído hoy? Aún estas a tiempo!

viernes, 14 de octubre de 2011

Capítulo 26

Hola chicos!! Aquí estamos una semana más con mis Pequeños Detalles Sin Importancia :) Para los nuevos podeís pinchar aquí para el enlace al Capítulo 1. Espero que lo disfrutéis!

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Me desperté aquella mañana con las palabras de Nico en la boca, sabía que me sonaban de mucho, pero no era capaz de recordar de qué. Entonces me di cuenta. Todo encajaba.

-Mama,¿los libros de texto de primaria están en casa?
-No, hija, los llevamos a casa de la abuela cuando hicimos la reforma, ¿no te acuerdas?
-Si claro, me tengo que ir.

Salí corriendo hacia casa de mi abuela. Vivía a unos 10 minutos andando, pero llegué en la mitad.

-Hola abuela, necesito la llave des trastero-dije mientras entraba por la puerta.
-No me has dado ni un beso y ya me estás pidiendo algo.¡Cómo se nota que eres hija de tu madre!
-Perdona abuelita-le dije al tiempo que le daba un beso rápido en la mejilla-Pero necesito esa llave cuanto antes.
-Coge la llave, está en el cajón que hay debajo de la estatuilla del San Antonio.

La cogí en un momento y bajé veloz al trastero. Entre un montón de cajas, trastos viejos y recuerdos olvidados encontré una caja cuyo rótulo era "CRISTINA, PRIMARIA". La abrí. Entre un montón de dibujos míos de pequeña encontré lo que había ido a buscar. El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Lo abrí y vi que no era mío. Nicolás Mendoza. Era él. Nico era el principito, y esas palabras estaban sacadas del libro. Nada era coincidencia.
Empezó a sonar mi móvil. Nico. No quería cogérselo. Rechazar. No quería hablar con él, pero a pesar de todo le envié un mensaje.

"Sé que eres tú. Sé que eres el principito. Déjame en paz. No quiero saber más de ti."
Apagué el móvil. Sentí miedo. Nico sabe donde vivo. Ha entrado por las noches. Volví corriendo a casa si siquiera despedirme de la abuelita. Todavía sujetaba el libro entre mis dedos cuando llegué a casa.

-Cris, ha venido a verte un amiguito tuyo. Está arriba en tu habitación.-dijo mi madre en cuanto me vio llegar.-Dice que tienes el móvil apagado.

Corrí hacia arriba horrorizada, temiendo ver de nuevo a Nico.

-Joder, Mario, que susto me acabas de dar.
-¿Y esa cara? Ni que hubieras visto un fantasma.
-No estoy para bromitas.¿Te acuerdas de Nico, el chico de ayer, de la fiesta de Aroa?
-Como para olvidarle, llevas dándome le coñazo con el chico ese durante semanas.
-Es él.
-¿Que?
-Es el principito.
-¡¿Queeeee?!
-Como lo oyes. Es el de las notas. Es el de la rosa. Es él.
-¿Y qué piensas hacer?
-No lo sé, Mario, tengo miedo.
-Haz caso a tu corazón. Yo solo sé que ayer en la fiesta no podías parar de sonreír . Y él te miraba con unos ojillos... Le brillaban tanto que aún no entiendo como no te cegabas al mirarle. Creo que no tienes por qué tener miedo. Él te quiere, lo que pasa es que no encontró una buena forma de demostrártelo.

Abracé a Mario. Después de hablar con él me sentí mucho más relajada.

-A todo esto, ¿tu que haces aquí?-me pareció raro que entrase, pues él solía siempre esperarme fuera.
-Yo también necesito consejo.
-¿A si?¿Qué te pasa?
-Voy a decírselo a mis padres.

Hubo un pequeño silencio, entonces Mario rompió a llorar y me abrazó.

-No puedo seguir escondiéndome-dijo entre sollozos.
-¿Crees que se lo tomarán bien?
-No lo sé, la verdad. No es que sean los padres más liberales del mundo, pero tampoco son del Opus. Necesito que me ayudes.
_Tienes que buscar el momento adecuado, un momento en el que no estén ni cabreados, ni tristes ni especialmente contentos. Por cierto, ¿qué pasó al final con el chico que ibas a traer a la fiesta de Aroa?
-Se rajó. Todavía no se siente preparado para decírselo a nadie, ni para dejarse ver con otro chico en una fiesta, aunque nadie le conozca. Por eso necesito decírselo.
-¿Quieres que vaya contigo?
-Gracias-dijo mientras la última lagrimita corría por su mejilla-Pero esto es algo que debo hacer yo solo.

Le abracé de nuevo. Mario era tan valiente...


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domingo, 9 de octubre de 2011

Capitulo 25

Llegamos a casa de Aroa y Ricky nos abrió con una enorme sonrisa en la cara.

-Esto, Ricky, te presento a Nico.
-Hola tío-dijo mientras se chocaban las manos.-Pasad, Aroa os está esperando dentro.
Nico estaba muy nervioso, pero se le quitaron los nervios en cuanto le cogí la mano.
-Aroa, este es Nico.
Aroa optó por darle un entusiasta abrazo mientras decía con voz muy rápida "Oh Nico! ¡Eres tu! Cris nos ha hablado muchísimo de ti, cuanto me alegro haberte conocido por fin"
-Ah, si- respondió Nico un poco cortado.
-Un momento, tu cara me suena un montón.¿No estuviste con nosotras en clase en primaria?
-Es posible, en primaria cambie mucho de colegio. Espera, ¿íbais al Colegio Juan de la Cierva?
-Si, claro, fuimos todas juntas a ese colegio.
-Pues estuve con vosotras en tercero de primaria y luego me mude a Barcelona. Mi padre era militar y cada año le destinaban a un sitio. Cuando murió volvimos aquí y llevo todo la E.S.O en el Instituto Cristobal Colón.

Se me encogió el corazón. No me había contado lo de su padre. Cuando Aroa se fue, le abrazé.

-No me lo habías dicho.
-Lo siento, no es algo que me guste mencionar así como así, y no me había surgido la oportunidad.
-No te disculpes, pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites.

Nico me volvió a besar. Le presenté a todos mis amigos. Encajaba a la perfección, todos sentían como si le conocieran de toda la vida. Bueno, todos no, Ricky no le tragaba. Le pasa a menudo, le suele costar acostumbrarse a la gente nueva.
Bailamos toda la noche, y luego me llevó a casa. Antes de dejarme me susurró al oído.

-Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos.

Arrancó la moto y se marchó.

sábado, 8 de octubre de 2011

Capítulo 24

Tenía unas pocas horas para estar en casa de Aroa y me encontraba en frente de la casita de madera en la que conocí a Nico, esperando a que apareciese por acto del destinos. Llevaba mñas de media hora jugando en el parquecillo con Puma, cuando unas manos me taparon los ojos.
-Adivina quién soy.

En seguida reconocí la voz de Nico a mis espaldas, me giré y le miré a los ojos.

-¿Tienes planes para esta tarde?-le pregunté sin rodeos.
-Emm... no, ¿por qué?- respondió sorprendido.
-¿Te apetece venir conmigo a una fiesta de disfraces? Entiendo que no te apetezca y que prefieras hacer otra cosa, pero es que todas mis amigas van a llevar pareja y desde que se fue Derick no tengo a nadie con quien compartir esas cosas... Sé que no nos conocemos mucho y que probablemente pienses que estoy loca, pero por si acaso....
-No hace falta que me des tantas explicaciones- me cortó.-Hace un rato que he decidido ir.
-Gracias, gracias, ¡gracias!-dije mientras le abrazaba.
-Aunque, hay un problemilla...
-¿Qué pasa?
-No tengo ningún disfraz.
-No te preocupes, seguro que convenzo a mi hermano para que te deje alguno. Le encantan, así que tiene un montón.

Fuimos a mi casa. Nerea y Marcos estaban todavía allí, por suerte.
-Marcos, necesito un pequeño favor.
-Lo que sea con tal de hacer feliz a mi hermanita- dijo con una voz risueña.-Es broma, a ti no te doy ni los buenos días.
-Por favor, solo necesito que me prestes uno de tus disfraces un par de horas.
-No.
-¡Por favor!
-¿Y si a cambio te preparo mañana, emmm... una tortilla?
-No.
-¿Enaladilla rusa?
-No.
-¿Galletitas caseras?
-Está bien... pero luego te encargas tú de lavarlo.
-De acuerdo, ¡gracias!-le abracé mientras él trataba de escabullirse.

Subí con Nico a la habitación de Marcos y le saqué el disfraz de Batman.
-Creo que este te estará bien-dije mientras me fui a poner mi disfraz de Superwoman.
Cuando bajamos, los dos vestidos de superhéroes, Marcos ya se había ido.
-Mierda, mierda, mierda-dije yo-¿y ahora cómo vamos a la fiesta?
-Esto... podríamos ir en mi moto.
-¿Tienes una moto y todavía no me lo habías dicho?-le pegué en el brazo.
-¡Ah! No me pegues- exclamó en tono de broma-Todavía no me habías preguntado.
-De acuerdo, vamos entonces.
-Espera me cogió de la mano y me acercó hasta él. Suavemente, acercó sus labios a los míos y me dio un dulce beso.
-¿Y esto?-pregunté sorprendida.
-Me gustas, Cris.
-Y tú me gustas a mi, pero aún me parece un poco pronto. Todavía sigo un poco con el tema de Derick, y no quiero hacer esto mal.
-De acuerdo, sin presiones. Es mejor ir poco a poco.

Segundos después, lo pensé mejor y le besé de nuevo.

-¿Y esto?-ahora era él el sorprendido.
-Me lo he pensado mejor.Nunca es pronto ni tarde, las cosas llegan cuando deben llegar.

Me besó una vez más y nos subimos a su moto. Apenas fueron unos minutos hasta casa de Aroa, pero a su lado, el tiempo era infinito.
Cada instante era precioso.
Cada instante era perfecto.

domingo, 2 de octubre de 2011

Capitulo 23

Hola gente picante :) Despues de dos meses... ¡estoy de vuelta! Siento haberos dejado así solitos, abandonados sin tener nada que leer... Pero tengo buenas noticias! He vuelto a escribir, despues de mi crisis de inspiración veraniega, he vuelto a encontrarlo, y en parte gracias a la música :) (Por si os interesa escucharlo... pinchad aquí)
Para los nuevos, os dejo también el enlace al CAPITULO 1

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La mañana siguiente me desperté y vi una carta en la mesa.

"Necesito verte"

Otra vez la misma caligrafía. Era él. Era el principito. La nota que yo había escrito el día anterior ya no estaba. Había entrado mientras dormía. Me asusté y le pedí a Marcos que me llevase en coche al insti. Me daba miedo ir sola por la calle. En cualquier momento podría aparecer el principito. Ese nombre era para mi un personaje de ensueño y ahora había pasado a ser un personaje misterioso y sombrío que no hacía más que enviarme mensajes que daban mucho miedo.
Llamé a Mario.
-Me ha contestado.
-¿Qué?¿Cómo?¿Quién?
-Hola, ¿estas despierto?
-Pues... creo que ahora sí.
-Ah, pues, ¡buenos días!
-¡Buenos días! ¿Qué me has dicho?
-Le escribí una nota ayer y se la dejé en la mesa. Hoy cuando me he despertado estaba la contestación. Ha entrado por la noche.
-Joder, es escalofriante.
-¿Y ahora qué hago?
-No te preocupes, no creo que te haga daño. Está enamorado de ti. Lo que pasa que lo demuestra de una forma un tanto peculiar. ¿Y no tienes ni idea de quien puede ser?
-Que va...
-Por cierto, esta tarde Aroa va a hacer una fiesta de disfraces en su casa. Me pidió ayer que te lo dijera. Puedes llevarte a alguien, yo me me voy a llevar a alguien.
-¿Ah si?¿A quién?
-El chico que te dije que me gustaba. Empezamos a hablar y resulta que él también es gay. De momento no estamos juntos, pero creo que la cosa no va mal.
-Me alegro muchísimo- dije sinceramente.

Vale, tenía que encontrar una pareja y un disfraz para la fiesta. No tenía mucho tiempo para buscar, pero me puse a ello. En seguida pensé en Nico, pero no tenía ninguna forma de localizarle. Salí a sacar a Puma, mi preciosa fox-terrier. A lo mejor la suerte me sonreía esta vez.