martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 32

Bueno pequeños fans de mi blog, aquí va otra entrada especialmente dedicada a dos pequeñas criaturas hermosas :)

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Domingo por la mañana. Abrí los ojos y me levanté con un esfuerzo sobrehumano. Lo primero que hice fue encender el ordenador para ver si Derick me había escrito algo cuando ya me había ido. 2 mensajes nuevos. Y ninguno de los dos traía noticias buenas.

"Cris, necesito verte. he vuelto a mi casa, pero mi padre se ha ido. No ha dicho nada, simplemente se ha marchado. Sus cosas ya no están. Por favor, ven cuando puedas.
                                                                                 -Mario"

Decidí dejar para luego el otro mensaje. Vi que era de Derick, pero cerré el ordenador corriendo y me fui hacia su casa.

La madre de Mario me abrió la puerta. Tenía los ojos hinchados. Sin que ella me dijera nada entré y pasé directamente a la habitación de Mario.

-Todo es por mi culpa.-dijo en cuanto me vio.-No debería haber insistido tanto.

Le abracé.

-Mario, nada de esto es culpa tuya. Tu eres así, especial, maravilloso. A quien tú quieras es cosa tuya, es un pequeño detalle que a él no debería importarle. Se que tarde o temprano terminará dándose cuenta.

-¿Y si no se da cuenta?¡Le habré perdido!-dijo entre sollozos.


-En el momento en el que  sea consciente de que ha perdido el mayor tesoro que tiene en este mundo, volverá. Hay un proverbio indio que dice "todo estará bien al final, si no está bien, entonces no es el final".

-De verdad, no se que sería de mi ahora sin ti.

-¿Y qué tal está tu madre?

Un silencio incómodo inundó su habitación.

.Ella está muy mal. Lo primero, se siente culpable por no haberme apoyado desde el primer momento,, pero se siente triste y dolida por el hecho de que su marido la haya abandonado., aún no se cree que se haya ido. Ella estaba centrada en su familia y en su trabajo. Poco a poco, se ha ido separando de sus amigos y ahora no tiene a nadie.

-Dile que se venga a comer a mi casa hoy. Mis padres pueden hablar con ella. Seguro que se siente mejor al hablar con adultos.

-Se lo diré. vete a tu casa y díselo a tu madre y yo la convenzo. No va a querer a principio, está empeñada en que puede soportarlo todo, pero al final va a explotar.

Me dio un abrazo mientras susurraba un "gracias" en mi oído.

Corrí a casa y le conté a mi madre toda la historia.

:_Deberías habérmelo dicho antes-fue lo primero que dijo en cuanto terminé de explicarle toda la situación.

-No pensaba que todo esto iba a llegar tan lejos...
-Nena, tienes que saber que siempre vas a poder confiar en mi para estas cosas, y si un amigo o amiga tuya tiene algún problema va a tener nuestro apoyo.
-Gracias, mamá.

Subí y llamé  a Mario por teléfono.

-¿has convencido a tu madre?

-Al principio no quería, pero de pronto ha roto a llorar y ha dicho que vale. Se siente muy sola.  Me tiene a mi, pero en este momento no es suficiente,

-Mi madre ha dicho que estamos para todo lo que necesites.

-Gracias, Cris. Si te digo la verdad, atropellarte ha sido el mejor error que he cometido nunca, Si no lo hubiera hecho, no te hubiera conocido...

Con esas palabras, colgó el teléfono. Y con esas mismas palabras, yo recordé un error al que estaba a punto de volver a ver. Pablo. Había quedado con él esa tarde. No sabia exactamente qué esperar pero sabía que no iba a ir bien. Hasta entonces tenía otros problemas. Encendí el ordenado, y vi ese otro mensaje que esperaba, pero que tanto temía.

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Sonríe :)

domingo, 12 de mayo de 2013

Capitulo 31

Hola pequeños mios :) Se que ultimamente he estado bastante ausente, pero qué se le va a hacer, gajes del oficio de una preuniversitaria ;)
Espero que disfrutéis de lo nuevo que os dejo!!

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Justo mientras salía de la casita de madera me sonó el móvil.

BEEP BEEP

Mensaje nuevo. Esto no me lo esperaba para nada.
"Te hecho de menos, tanto, que necesito verte.
                    Pablo"
Parecía un maldito complot. Todos los errores de mi vida estaban volviendo hacia mi. Pensé que nada podría ir peor. Qué equivocada estaba.
 "Creo que las cosas se enfriaron entre nosotros hace tiempo, pero a pesar de todo me apetece verte. Quedamos en el Unblocked Bar mañana a las 8. Te viene bien?. Besos"
En ese momento no lo supe,, pero ese fue uno de los peores errores de mi vida. Saqué a pasear a Puma para despejarme y aclarar un poco las ideas. Caminé mas de una hora y sin querer, mis pasos me habían conducido hasta la casa de Aroa. De repente, la voz de Ricky sonó a mis espaldas.

-¡Cris!¡Espera!-me giré-¿Qué haces tú por aquí?

-Nada, me apetecía pasear a Puma y he llegado hasta aquí. Creo que me voy a pasar un rato a ver a Aroa, que últimamente apenas hablo con ella.

-Creo que no es un buen momento.

-.¿Y eso?¿Qué ha pasado?

-Se encuentra mal.

-Ah bueno, pues luego si eso la llamo. Me debería ir ya, va a anochecer.

Caminé a paso rápido hasta casa y cuando llegué llamé a Aroa.

-¿Qué te pasa, mi pequeña enfermita?

-¿A mi? Nada

-¿Ah, no?-pregunté sorprendida- es que hoy mientras paseaba a Puma he pasado por delante de tu casa y cuando iba a llamar justo ha salido Ricky y me ha dicho que te encontrabas mal.

-Ah si...- dijo con un tono muy poco seguro.

-Aroa, ¿te pasa algo?

-No, nada- no me convenció para nada.

- Sabes que me puedes contar cualquier cosa, nena.

-Me tengo que ir. Ya hablaremos.

Colgó repentinamente. No sabía que pasaba, pero sabía que había algo que no iba bien. Y yo, lo iba a descubrir.
Cené y subí a mi habitación, encendí el ordenador y me puse a chatear con mis amigas. Últimamente solo pasaba tiempo con Nico o con Mario y no hablaba casi nada con mis amigas. Les pregunté si alguna sabía lo que le pasaba a Aroa, pero ninguna sabía nada.
Cuando estaba a punto de desistir y apagar el ordenador, un mensaje inconfundible apareció en la pantalla.

-Hey sexy!

Derick me estaba hablando. Realmente no me apetecía hablar con él, tenía demasiados problemas como para pensar en él, en el amor de verano, ese amor tan intenso que viví y que se acabó cuando aun estaba empezando. Ese amor que ahora había conseguido superar de una vez por todas gracias a Nico. Decidí contestarle, aunque no me apetecía para nada.
-Hola Derick :)
-¿Que tal lo llevas, preciosa?
-Ahí voy...
-¿Viste mi mensaje?¡Vuelvo a España!
-Si...
-¿Qué pasará con nosotros?
-No lo se...  Los amores de verano son intensos, son especiales, pero te dejan siempre con ganas de más... Cuando te fuiste, me dejaste destrozada... Y entonces conocí a Nico.

DERICK SE HA DESCONECTADO

No se si lo había hecho a propósito o si se le había desconectado internet, pero lo cierto es que se había ido. Aproveché ese momento para irme a dormir. Apagué el ordenador y me metí en la cama, esperando que de alguna manera todo se arreglase, aunque fuera tan solo en el maravilloso mundo de los sueños.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Capitulo 30

Después de una temporada de escribir tan poco, vuelvo a la carga con mas capítulos, espero que os gusten (y si os gustan, comentad, que nunca viene mal algo de motivación :)

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No había abierto los ojos todavía, pero pude percibir el dulce aroma de las tortitas recién hechas. Salté de la cama y fui corriendo a la cocina.

-Buenos días, princesa- dijo Mario mientras me daba un beso en la mejilla- He hecho tortitas para ti.
-¿Estás mejor hoy?
-La verdad es que sí. Hoy va a ser un gran día, lo presiento. Es un día muy importante para mi. Voy a ir a hablar con mis padres. Necesito explicarles que aunque sea así, sigo siendo el mismo, sigo siendo su hijo. Necesito que me vean feliz, tal y como soy aunque ahora no encuentre razones para sonreír.
-Me siento muy orgullosa de ti- hice una pequeña pausa- Por cierto, tengo una cosita que contarte.
-Dime-
-Ayer cuando te fuiste a dormir, recibí un SMS de Nico. Es el principito.
-¡¿Qué?!
-Es él. Me ha enviado un correo explicándomelo todo. En cuanto terminemos de desayunar te lo enseño.
-De acuerdo.
-Bueno, y también te tengo que contar otra cosita.
-Dios mío, lo que se pierde uno por irse a dormir...
-Derick vuelve a España.

Se hizo el silencio durante unos instantes.

-Vaya, eso si que no me lo esperaba.  ¿Y qué vas a hacer?
-No lo sé. Estoy muy confusa. Quiero a Nico, pero me siento un poco traicionada por él. Y Derick... no se si será lo mismo o se habrá enfriado el amor. La distancia muchas veces nos hace olvidar lo que realmente importa.

Le enseñé los dos correos y dejé que opinase.

-¿Qué tienes pensado hacer?- me preguntó finalmente tras un largo tiempo callado.
-No lo sé. Quiero muchísimo a Derick, pero cuando se fue me rompió el corazón. Nico ha conseguido arreglarlo poco a poco con su dulzura y su cariño, pero eso ahora se desvanece por culpa del principito. He quedado con Nico ahora, a las 11, en nuestro sitio especial, la casita de madera del parque. Pero necesito decidir ahora qué decirle, si no, no seré capaz de nada.
-Le quieres, Cris, eso lo sabes. Derick no viene hasta dentro de un mes, así que tienes tiempo para arrepentirte, pero estoy seguro que si no le das una oportunidad, te arrepentirás.
-De acuerdo, lo haré.
-Me alegro. Por cierto, me voy ahora a casa. Voy a hablar con ellos. Tengo que hacerles entender que si ellos no me entienden, nadie lo hará.
-Eres lo mejor que tengo ahora. Te necesitaré cuando termine de hablar con Nico. Espero que a ti te vaya todo bien y no me necesites, tu ya me entiendes.

Me despedí de Mario con un abrazo y salí al encuentro de Nico un poco antes de la hora. Cuando llegué a la casa, estaba todavía vacia, así que me senté dentro y me puse a escuchar Queen en el iPod. Cuando me sentía tensa, la dulce voz de Freddie Mercury conseguía relajarme. Al cabo de un rato, la puerta de la casa se abrió, pero Nico no entró por esa puerta.

-Cris, ¿verdad?
-Sí...-respondí en tono dubitativo- y tu eres...
-Ah claro, tu no me conoces yo soy...
-Fer- le corté- Eres el hermano de Nico, ¿no?
-Correcto
-Es que os parecéis mucho- Fer esbozó una media sonrisa- Entonces tú eres el que...

No pude continuar, me quedé sin palabras y la sonrisa desapareció súbitamente de su rostro.

-De eso venía a hablarte. No sé que te habrá contado, pero no te fíes. No está jugando limpio contigo. No te está contando toda la verdad, eso tenlo por seguro. Te puedo garantizar que él te quiere un montón, pero no sabe querer, y podrías salir herida.
-¿Y por qué debería creerte a ti y no a él?
-Realmente no tienes por qué. Es solo un consejo. Eres libre para hacer lo que quieras, pero piensa en lo que te he dicho.

Me quedé un rato pensativa mientras él me miraba esperando una respuesta. No podía articular palabra.

-Por cierto, no hace falta que esperes más a Nico. Ni siquiera sabe que habíais quedado. Cojí su movil mientras te escribía y borré el mensaje cuando llegó.
-¡No tenías ningún derecho!-dije en tono cabreado.
-Entiendo que te enfades, Cristina, pero creeme. Te conozco más de lo que te piensas.

Y con estas estremecedoras palabras, se fue.

viernes, 27 de abril de 2012

Capitulo 29

Espero que disfruteis de este capitulo :)
Os dejo el enlace al capitulo 1 pinchando aquí (para los nuevos)

"Me porté muy mal contigo. Fui un cobarde y lo siento. Ojalá nunca hubiera escrito esa carta. Ojalá hubiese tenido el valor de confesarte mi amor a la cara. Pero no lo hice, y no puedo cambiar el pasado, pero si contarte la historia, mi historia, y espero que algún día también la tuya.
Cuando éramos pequeños íbamos juntos a clase, debíamos tener 8 años o así. Tú me gustabas tanto... Nos mandaron leer El Principito. Tú no lo tenías, así que te dejé el mío. Te gusto mucho, y decidí regalártelo, lo metí en tu mochila a escondidas el último día.
Aquel verano destinaron a mi padre a Barcelona y me quise morir. Estuve sin hablar con mis padres casi todo el verano, pero al final se me pasó. Cuando mi padre murió el año pasado, mi madre decidió volver aquí, pues yo creo que fue el único sitio donde fuimos alguna vez realmente felices.
Un día mientras miraba por la ventana, te vi por casualidad. Estabas paseando con tu perrita y, de repente, todos los sentimientos olvidados en mi corazón de niño se encendieron como el fuego. Empecé a informarme sobre ti y a averiguar la manera de conocerte de nuevo, desde cero. Aquel día de San Valentín, mi hermano Fer (al que le cuento todo) me convenció para entrar en tu casa y dejarte la carta y la rosa. Al cabo de un tiempo dejé de verte por el parque, y mi vida perdió color. Verte, aunque fuera de lejos, llenaba de vida toda mi existencia. Entonces, ese día que llegaste llorando me armé de valor y de un paquete de pañuelos y me decidí a conocerte. Mi hermano me siguió insistiendo para que siguiera con lo de las cartas, pero yo no quería, así que siguió él. Mi padre nos enseñó ciertas "habilidades". La última carta que yo escribí fue la del techo. Fer te observaba, sin decirme nada, y contestó tus mensajes. Creo que la muerte de mi padre le nubló un poco la mente. Pero no le echo la culpa. Todo fue culpa mía por dejar que esto empezase. Espero que ahora que lo sabes todo puedas perdonarme.
Te quiero, Nico."

Me quedé conmocionada al leer toda su historia y le envié un mensaje al movil.

"Nos vemos mañana a las 11 en la casita del parque. Tenemos que hablar."

Ni siquiera sabía todavía si le iba a perdonar o no. En realidad él no tenía toda la culpa, pero podría haberlo parado todo antes. Él había hecho que me diera cuenta con aquella frase. Supongo que lo mejor iba a ser esperar y decidir al verle.

Me fui a la cama y me quedé pensando en las dos cartas que había recibido. No podía creer que una de las personas a las que más había querido volviese a España. Y así, con el dulce recuerdo del cariño y el amor de Derick, quedé atrapada en los brazos de Morfeo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Capítulo 28

Tengo ultimamente mi blog abandonadito... Lo siento mucho, pero mis acontecimentos pasados y presentes me han tenido (y tienen aún) un poco ocupadilla...
Desde la última vez que escribí he tenido examenes, conciertos, viajes...
Para los nuevos, os dejo el enlace al primer capítulo, pinchando aquí
Espero que la disfrutéis!

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-Cris, lo siento.
-¿Por qué?-le pregunté contrariada-¿Qué ha pasado?
Mario señaló a la puerta de mi casa. Sobre el porche descansaba su maleta verde oscuro. Me fijé bien en sus ojos, estaban rojos e hinchados de llorar.
-Mis padres me han echado-dijo entre sollozos.
-¿¡Cómo!?
-Se lo he contado. Les he dicho que soy gay. Mi madre se ha puesto a llorar en silencio y mi padre se ha puesto a llorar como un loco. Me dijo que era la vergüenza de la familia, que qué iban a pensar los vecinos...
-Shh, tranquilo-le dije mientras le abrazaba-No te preocupes, puedes quedarte el tiempo que quieras.
-Mi madre. Mi propia madre se ha girado decepcionada. Ni me ha mirado a la cara. Pero eso no es lo peor. Bruno me ha dejado. Parece que se le ha "pasado" esto de ser gay. Como si fuera una puta enfermedad... Ni siquiera me lo ha dicho él. Me lo he imaginado cuando he llegado a casa y mi hermana me lo ha presentado como su nuevo novio. ¡Dios, ni siquiera había roto conmigo! Maldito cobarde...

Le abracé. Mario todavía no le había dicho nada a ninguno de sus amigos, así que yo era lo único que él tenía en ese momento.

-No quiero esconder lo que soy, pero temo que si lo digo todos me darán de lado...
-Mario, eres la persona más fuerte que he conocido nunca. Pero no debes contar nada todavía. Sabes que yo no te voy a abandonar nunca, porque te quiero tal y como eres, pero la gente en general no lo hará.
-Gracias por el consejo, pero de todas formas no pensaba hacerlo todavía. Necesito que mis padres me acepten antes de intentar que lo haga cualquier otro. Voy a ir a hablar con mi madre.
-Vale, pero espera a mañana. Creo que has tenido suficiente por hoy. ¿Quieres un chocolate caliente?
-No, gracias. Ahora solo quiero dormir.
Acomodé a Mario en la habitación de invitados y me fui a mi habitación a pensar en Nico. Necesitaba saberlo todo antes de tomar una decisión: cómo había entrado, cómo me había encontrado y todas esas cosas. Le envié un mensaje.

"No te puedo perdonar si no sé toda la historia
Cris"

Cuando estaba a punto de irme a dormir, recibí la contestación.

"Mira tu correo
Nico"

Encendí el ordenador, me metí en el correo y vi que tenía dos mensajes nuevos.
Vi el mensaje que me esperaba, el de Nico, pero también vi uno que no me esperaba para nada.

"Hi, sweetie thing. ¿Como estas, mi preciosa flor? Tengo muy buenas noticias... ¡El banco de mi padre le ha destinado a España! Dentro de un mes nos mudamos, y empezaré el instituto en España después de Navidad. Me han dicho que viviremos como a media hora de tu ciudad, pero mi padre me ha prometido una moto para poder ir a verte. Él sabe que tú y solo tú eres la única que puede hacer que deje Inglaterra por mi propio pie. Espero que me contestes pronto. Love you,
Derick"

Lo que me faltaba.

domingo, 23 de octubre de 2011

Capítulo 27

Perdón por la tardanza en escribir una nueva entrada, pero es que estos días estoy que no piso mi casa!
Espero que la disfrutéis!

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En cuanto Mario se fue de casa yo encendí mi ordenador.

1 MENSAJE NUEVO

"Por favor, por favor, Cris, déjame que te lo explique. ¿Podemos vernos? Te quiero."

No quería verle. Salí de casa con el libro, dispuesta a dejárselo en la casita, en nuestra casita, en la que nos vimos por primera vez. Al llegar allí encontré algo que no esperaba para nada. Nico estaba sentado la en la puerta y nada más verme se levantó y corrió hacia mi. Intenté darme la vuelta e irme, pero el corrió y me tomó la mano.

-Cris, por favor, necesito hablar contigo.
-Esto es tuyo.- Alargué la mano para darle el libro.
-Espera, por favor. Cierra los ojos.-Tenía tantas ganas de perdonarle que le hice caso.-Tengo algo para ti.

Me tapó los ojos con un pañuelo azul de seda y me condujo dentro de la casa.

-Ya puedes quitártelo.-dijo en un susurro.

La casita estaba complétamente diferente. Las paredes eran rojas ahora y sobre el suelo había pétalos de rosa. Nico había puesto en el altavoz del móvil una dulce melodía de Debussy y sostenía en la mano una cartulina en la que ponía en letras grandes "LO SIENTO". Le dio la vuelta a la cartulina y pude leer entonces un pequeño texto.

"Se que lo que hice no tiene perdón, pero a pesar de todo lo siento. Perderte es lo último que quiero."

Me levanté y le besé como no le había besado nunca. No sabía como debía sentirme, pero en ese moemenyo no me importó.

-Espera, Nico. No puedo hacer esto así. De repente, descubro que eres el Principito y te plantas aquí con unas rosas y una música preciosa y se supone que debo olvidarlo todo y perdonarte. Entonces te miro, me olvido de que no debo quererte y mi corazón me abandona por completo. Necesito tiempo para pensar.

Sin mirar atrás, empecé a caminar hacia mi casa.
BEEP BEEP

"Cris, te necesito. Ahora más que nunca. ¿Puedo ir a tu casa ahora?"
-Mario

Respondí al instante.

"Por supuesto. Ahora mismo no estoy, pero llego en 5 minutos."

Menos mal. Necesitaba a mi amigo mucho mas de lo que pensaba. Apreté el paso, pues quería llegar a casa lo antes posible. Cuanto más me alejaba de Nico, más me daba cuenta de que no me convenía para nada, pero al estar a su lado sentía un magnetismo especial que me impedía alejarme, una chispa electrizante que me atravesaba, una llama que me quemaba el pecho, algo que me hacia olvidar todo aquello que había hecho.

Llegué a la puerta. Mario estaba allí esperándome. Se levantó corriendo a abrazarme.





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¿Has sonreído hoy? Aún estas a tiempo!

viernes, 14 de octubre de 2011

Capítulo 26

Hola chicos!! Aquí estamos una semana más con mis Pequeños Detalles Sin Importancia :) Para los nuevos podeís pinchar aquí para el enlace al Capítulo 1. Espero que lo disfrutéis!

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Me desperté aquella mañana con las palabras de Nico en la boca, sabía que me sonaban de mucho, pero no era capaz de recordar de qué. Entonces me di cuenta. Todo encajaba.

-Mama,¿los libros de texto de primaria están en casa?
-No, hija, los llevamos a casa de la abuela cuando hicimos la reforma, ¿no te acuerdas?
-Si claro, me tengo que ir.

Salí corriendo hacia casa de mi abuela. Vivía a unos 10 minutos andando, pero llegué en la mitad.

-Hola abuela, necesito la llave des trastero-dije mientras entraba por la puerta.
-No me has dado ni un beso y ya me estás pidiendo algo.¡Cómo se nota que eres hija de tu madre!
-Perdona abuelita-le dije al tiempo que le daba un beso rápido en la mejilla-Pero necesito esa llave cuanto antes.
-Coge la llave, está en el cajón que hay debajo de la estatuilla del San Antonio.

La cogí en un momento y bajé veloz al trastero. Entre un montón de cajas, trastos viejos y recuerdos olvidados encontré una caja cuyo rótulo era "CRISTINA, PRIMARIA". La abrí. Entre un montón de dibujos míos de pequeña encontré lo que había ido a buscar. El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Lo abrí y vi que no era mío. Nicolás Mendoza. Era él. Nico era el principito, y esas palabras estaban sacadas del libro. Nada era coincidencia.
Empezó a sonar mi móvil. Nico. No quería cogérselo. Rechazar. No quería hablar con él, pero a pesar de todo le envié un mensaje.

"Sé que eres tú. Sé que eres el principito. Déjame en paz. No quiero saber más de ti."
Apagué el móvil. Sentí miedo. Nico sabe donde vivo. Ha entrado por las noches. Volví corriendo a casa si siquiera despedirme de la abuelita. Todavía sujetaba el libro entre mis dedos cuando llegué a casa.

-Cris, ha venido a verte un amiguito tuyo. Está arriba en tu habitación.-dijo mi madre en cuanto me vio llegar.-Dice que tienes el móvil apagado.

Corrí hacia arriba horrorizada, temiendo ver de nuevo a Nico.

-Joder, Mario, que susto me acabas de dar.
-¿Y esa cara? Ni que hubieras visto un fantasma.
-No estoy para bromitas.¿Te acuerdas de Nico, el chico de ayer, de la fiesta de Aroa?
-Como para olvidarle, llevas dándome le coñazo con el chico ese durante semanas.
-Es él.
-¿Que?
-Es el principito.
-¡¿Queeeee?!
-Como lo oyes. Es el de las notas. Es el de la rosa. Es él.
-¿Y qué piensas hacer?
-No lo sé, Mario, tengo miedo.
-Haz caso a tu corazón. Yo solo sé que ayer en la fiesta no podías parar de sonreír . Y él te miraba con unos ojillos... Le brillaban tanto que aún no entiendo como no te cegabas al mirarle. Creo que no tienes por qué tener miedo. Él te quiere, lo que pasa es que no encontró una buena forma de demostrártelo.

Abracé a Mario. Después de hablar con él me sentí mucho más relajada.

-A todo esto, ¿tu que haces aquí?-me pareció raro que entrase, pues él solía siempre esperarme fuera.
-Yo también necesito consejo.
-¿A si?¿Qué te pasa?
-Voy a decírselo a mis padres.

Hubo un pequeño silencio, entonces Mario rompió a llorar y me abrazó.

-No puedo seguir escondiéndome-dijo entre sollozos.
-¿Crees que se lo tomarán bien?
-No lo sé, la verdad. No es que sean los padres más liberales del mundo, pero tampoco son del Opus. Necesito que me ayudes.
_Tienes que buscar el momento adecuado, un momento en el que no estén ni cabreados, ni tristes ni especialmente contentos. Por cierto, ¿qué pasó al final con el chico que ibas a traer a la fiesta de Aroa?
-Se rajó. Todavía no se siente preparado para decírselo a nadie, ni para dejarse ver con otro chico en una fiesta, aunque nadie le conozca. Por eso necesito decírselo.
-¿Quieres que vaya contigo?
-Gracias-dijo mientras la última lagrimita corría por su mejilla-Pero esto es algo que debo hacer yo solo.

Le abracé de nuevo. Mario era tan valiente...


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